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Transporte de carga eficiente: clave para la seguridad alimentaria en México

En América Latina y el Caribe, cuatro de cada diez personas enfrentan algún grado de inseguridad alimentaria. La región se mantiene como la segunda con mayor prevalencia a nivel mundial y, tan solo en 2023, alrededor de 41 millones de personas padecían hambre.
Uno de los eslabones críticos para revertir esta situación es el transporte de carga, esencial para que los alimentos lleguen en tiempo y forma a los centros de consumo. En México, durante 2023 se movilizaron 565 millones de toneladas de productos y mercancías, una parte significativa de ellos alimentos y bebidas.
“Mejorar la seguridad alimentaria requiere una estrategia que contemple cooperación en logística comercial, infraestructura carretera y rural, así como innovación tecnológica en agricultura. La inversión estratégica en corredores de transporte puede impulsar la productividad del sector agrícola, así como la inversión en un parque vehicular eficiente que garantice la distribución oportuna de los alimentos”, señaló Ernesto del Blanco, director general de ELAM-FAW TRUCKS México.
El reto no se limita a la capacidad de producción en el campo, también depende de la logística, la infraestructura y la seguridad. Durante el segundo trimestre de 2025, los alimentos y bebidas representaron el 33% de los productos más robados en el transporte de carga. Este panorama subraya la importancia de contar con flotas modernas y seguras que protejan la cadena alimentaria desde el origen hasta los centros de distribución.
De acuerdo con Del Blanco, modernizar carreteras y renovar el parque vehicular no solo mejora la eficiencia, sino que también permite avanzar hacia un transporte más seguro y sostenible. La incorporación de energías limpias, como el gas natural o los vehículos eléctricos, se presenta como un factor clave para enfrentar el desafío de la sostenibilidad en el sector.
La producción agrícola también depende de insumos como fertilizantes, cuyo transporte eficiente es vital para garantizar la calidad del producto final. En este sentido, invertir en infraestructura logística reduce costos, disminuye la incertidumbre en el suministro y fortalece la competitividad.
“Impulsar la seguridad alimentaria exige mayor inversión en infraestructura moderna y segura que fortalezca el comercio y la logística de los alimentos. Es clave fomentar la competencia en el sector transporte para mejorar la eficiencia y reducir los costos”, agregó el directivo.
Además de garantizar el acceso a alimentos en mejores condiciones, estas mejoras pueden generar empleos en el sector logístico y mayores ingresos para las comunidades vinculadas con la cadena alimentaria.
En este contexto, el compromiso de las empresas de transporte es fundamental. Convertirse en aliados estratégicos del sector alimentario con soluciones innovadoras, sostenibles y seguras es una de las bases para lograr un desarrollo sostenible y mejorar la seguridad alimentaria en México y la región.