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FINANZAS

Calificación soberana no preocupa corto plazo; sí el largo plazo

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Calificación soberana no preocupa corto plazo si el largo plazo

Alejandra Marcos directora de Análisis y Estrategia y Alejandro Fajardo, subdirector de Análisis Económico en Intercam Grupo Financiero señalan que el 16 de abril pasado, la calificadora Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de la deuda del gobierno federal (soberana) en ‘BBB-‘ y mantuvo la perspectiva en estable.

En un documento de opinión análisis señalan que no es el corto plazo lo que les preocupa, sino el largo plazo, por el gasto rígido creciente e inercial del gobierno, sin atisbos de una reforma fiscal, por lo que consideran difícil lograr la consolidación fiscal y mantener la disciplina en las finanzas públicas. En especial que en la medida que continúe la incertidumbre el componente más dañado será la inversión, que irremediablemente habrá de minar el prospecto de crecimiento de la economía mexicana.

Además, les surgen inquietudes en torno a las necesidades de transferencias y de apoyos gubernamentales de Pemex, y lo acotado que estimamos será el crecimiento de los ingresos en el largo plazo.

No obstante, lo anterior, Fitch reiteró su calificación crediticia y perspectiva, lo que de corto plazo da cierto grado de confianza que se logrará la consolidación fiscal.

En general, consideran que la decisión está fundamentada principalmente en que la deuda de México es inferior a la de países comparables y que podría echarse mano de algunos ingresos adicionales, que serán de una sola vez, para mejorar las finanzas públicas al cierre de este año.

No obstante, lo anterior, el reto vendrá a partir de 2026, ya que sólo PEMEX tiene vencimientos por cerca de 13.5 mil millones de dólares (0.8 por ciento del PIB) y además la deuda a proveedores de 21 mil mdd (1.2 por ciento del PIB) continúa siendo un problema que difícilmente terminará de resolverse este año; por lo que seguramente terminará siendo cubierto mediante transferencias del gobierno federal.

Comentan que Fitch ratificó la calificación crediticia del soberano en ‘BBB-‘ y mantuvo la perspectiva en estable. Detrás de la calificación se encuentra un marco macroeconómico prudente, finanzas externas robustas y una economía grande y diversificada. Con respecto a la perspectiva, la calificadora considera que México tiene margen para soportar un entorno económico más adverso, implícito en su escenario base.

 En este sentido, es probable que la actual desaceleración económica se agrave ante el proteccionismo de la administración de EE.UU. y México es especialmente vulnerable, ya que cerca del 27 por ciento del PIB se explica en las exportaciones al país al vecino del norte, además es incierto el rumbo que tomará la relación comercial cuando menos hasta la revisión del TMEC programada a mediados del 2026.

Adicionalmente, la calificadora considera que, aunque se termine dando un trato arancelario preferencial a México, las perspectivas para el Nearshoring podrían ser más débiles si la incertidumbre se mantiene.

En su escenario macroeconómico, Fitch estima que México caiga en -0.4 por ciento en 2025 derivado de los aranceles, la incertidumbre comercial, los ajustes fiscales y la desaceleración en la actividad de EE.UU., además los riesgos están sesgados a la baja y el espacio para una política fiscal contra cíclica es acotada. Hacia adelante, la esperan una recuperación moderada en 2026 con un avance de 0.8 por ciento anual.

Señalan que, en sus estimaciones para las finanzas públicas, la calificadora considera que la meta de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) en 3.9 por ciento del PIB podría lograrse por las siguientes razones:

  1. Se está recortando el gasto en inversión para la terminación de las mega obras, así como en otras áreas prioritarias (salud, educación y seguridad)
  2. La recaudación tributaria creció en 10 por ciento a/a en términos reales en los primeros dos meses del 2025, a pesar del estancamiento económico, explicado posiblemente por los nuevos impuestos al comercio en línea
  3. Podrían usarse los fondos de estabilización (0.3 por ciento del PIB) y 4) el gobierno podría recibir un remanente de operación del Banco de México (0.5 por ciento del PIB, según sus estimados).

En este sentido, se espera que la deuda del gobierno general (gobierno federal, estados e IPAB, excluyendo las empresas del estado) pase de 50.9 por ciento en 2024 a 54.3 por ciento en 2025 y converja hacia la media de los países con calificación ‘BBB’ de 58 por ciento en el mediano plazo.

Con respecto a PEMEX, no se espera un cambio sustancial, ya que los apoyos no están enfocados en una nueva estrategia operacional, si no en transferencias para cubrir sus pasivos. En esta línea, los apoyos presupuestales de 7 mil millones de dólares de 2024 y 2025 continuarán y podrían ser mayores en los próximos años

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