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Columna En Concreto

Violencia de género y 4-T Joel Hernández Santiago

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Da la impresión de que al Presidente de México no le gusta el tema de género; mucho menos que mujeres mexicanas se organicen y expresen su indignación por la manera como son tratadas tanto en su casa, como en el trabajo, en el ámbito académico, científico, político, en el campo…; o simple y sencillamente porque exigen que ya paren los agravios en su contra y reclaman igualdad, respeto y justicia.

A críticas por su posición, el Ejecutivo contestó que las respeta, y que de hecho parte de su gabinete funge en base a equidad de género e integrado en gran parte por mujeres’… Aunque ninguna mujer aparece en su galería heroica de Transformaciones.

En México hay 127 millones de habitantes, de los que 51 por ciento son mujeres y 49 por ciento hombres, según estimaciones a 2020 del INEGI.

El dato no tiene mayor problema. Por muchos años y censos esto ha sido así. El tema no está en la cantidad y porcentajes, sino en la actitud…

Una actitud que se resume en tres palabras: violencia de género. Ocurre en todo el mundo y ha causado trastornos de vida y de relación individual y colectiva, y ha definido un problema histórico hasta hace poco codificado y puesto en la mesa de las reivindicaciones: el feminicidio.

(El feminicidio, considerado como el asesinato de una mujer por el simple hecho de serlo, fue reconocido oficialmente en las leyes mexicanas en 2012. La ONU estima que “6 de cada 10 mujeres mexicanas han enfrentado algún incidente violento durante su vida” y refiere que “el feminicidio es sólo la representación más extrema de ésta violencia.”)

En México el problema de género es grave y se incrementa día a día. Hace dos meses, el 8 y 9 de marzo, una multitud de mujeres salieron a las calles de la capital del país y de grandes ciudades de la República para exigir que ya pare la violencia; para reclamar respeto e igualdad tanto laboral como social y doméstica. El lunes 9 mostraron su hartazgo con aquel “Un día sin mujeres”…

Por entonces el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, minimizó el tema y acusó que el paro nacional al que convocaron colectivos feministas ‘es solo una estrategia de nuestros adversarios, los conservadores, para atacar a la Cuarta Transformación’, dijo.

«Es claro que está la derecha metida, los conservadores, así como hay mujeres que por convicción y de manera libre protestan y lo van a seguir haciendo, así también hay oportunistas, estoy viendo que hasta los partidos” afirmó.

Esto cayó muy mal a mujeres, en general. Miles de ellas expresaron su incredulidad y aun aquellas que habían votado por “Juntos haremos historia” en julio de 2018 repudiaron de esta posición presidencial.

Casi mil mujeres fueron asesinadas en México en los primeros tres meses de 2020, según datos del Gobierno, mostrando un incremento en la violencia contra la mujer. Según organizaciones de defensa, esto ‘combinado con el confinamiento por el coronavirus, las expone a doble peligro.’

Todavía el 16 de abril la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, alertó que un mes más en casa “es todo un reto” en cuanto a la prevención de agravio a mujeres y la violencia intrafamiliar, por lo cual “se requiere fortalecer los servicios para las familias.” Esto a raíz de que Oscar Laguna, representante del 911 informó que ‘el confinamiento ante el Covid-19 ha provocado el aumento en las llamadas de auxilio’.

En contraposición, el presidente López Obrador dijo apenas el viernes 15 de mayo que “el 90 por ciento de las llamadas de auxilio hechas por mujeres al 911 son falsas.” (…) Y que el retiro a las casas no ha sido la razón por la cual se han registrado incrementos en la violencia doméstica. “Eso puede ser que suceda en otros país”, pues en México no existe “esta tradición, esta cultura”.

Por supuesto, esta declaración caló muy mal entre mujeres y, en particular, entre colectivos de género. Quizá él Presidente tenga otros datos y por lo mismo no lo asume como un problema serio, y aunque hay variantes a este conflicto lo que sí es que el problema está ahí, y la falta de comprensión también está ahí.

Todo gobierno es responsable del cuidado, resguardo, protección de la sociedad: hombres o mujeres. El problema de violencia en contra de mujeres es grave y –lo dicho- va en aumento.

… Pero no aumentan las soluciones. El no querer o no entender la situación puede derivar en un conflicto aún más grave. El confinamiento por pandemia es un factor necesario pero merece atención al comportamiento familiar.

Luego de todo esto se harán las evaluaciones y se registrarán cargos y abonos, que nada tienen que ver con el conservadurismo, el neoliberalismo, ‘los emisarios del pasado’ o supuestos agravios al gobierno…

… Y sí tiene que ver con una incomprensible falta de solidaridad y de acciones de políticas públicas que en ley son responsabilidad de quienes gobiernan, incluyendo a legisladores de todos los partidos políticos, a todo esto, en silencio.

joelhsantiago@gmail.com

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