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OPINIÓN

Embajadas: ‘Casi el paraíso’.

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Ahora resulta que si un alto funcionario de la 4-T mexicana tiene un problema familiar, podrá ser nombrado embajador para ir a solucionar sus asuntos. Así, recibe estipendio, un cargo archi-honorable, no se sale del circuito de adyacentes al gobierno y atiende sus tribulaciones: el cargo y la tarea que siguen son lo de menos.

Así quedó asentado, según la razón por la que el presidente de México propuso como embajadora ante la República francesa a la ex directora de Conagua, y especialista –sí- en temas hidrológicos:

«Va a haber cambios en Conagua, pero no porque haya incapacidad de la directora, Blanca Jiménez; es una de las especialistas de más prestigio en el país y en el mundo sobre el tema del agua; (tiene) un asunto familiar por lo que deja el cargo y saldrá del país (y) como le tenemos mucha confianza y es una mujer preparada, de primer orden, va a ser propuesta para que el Senado decida como embajadora en Francia…” dijo el Ejecutivo en “La mañanera” del 8 de abril.

Los “Ya no somos lo mismo”, “Antes durante el neoliberalismo-los neoliberales hacían y deshacían”… “Hoy ya es distinto” parecen una broma macabra. Porque al uso “de otros tiempos” se nombra a embajadores sin venir al caso, sin contar con la mínima experiencia en materia diplomática o de la política internacional, de las relaciones internacionales, de los intereses comunes o divergencias entre los países: Hoy se nombra a representantes mexicanos como si las embajadas de México fueran bolsitas de rosquillas de harina y azúcar, con premio sorpresa dentro.

No importa que mucha gente de altísimo talento y experiencia dentro de la misma Secretaría de Relaciones Exteriores ha esperado años para poner a disposición del país sus conocimientos, su talento y su dignidad mexicana para enaltecer y defender los intereses de México. Nada.

¿Cuántos años estudian quienes quieren dedicarse a la política exterior de México? Ya en la UNAM, en El Colegio de México, o en el Instituto Matías Romero, el que desde su fundación en 1974 depende de la mismísima Secretaría de Relaciones Exteriores, y tantos más centros de formación seria y rigurosa en todo el país, e incluso aquellos que se forman en el extranjero.

Nada cuenta. Lo que cuenta es el proyecto político de gobierno, aunque ese proyecto aún está en veremos y aunque las cosas marchen como los cangrejos del siglo XIX, según Guillermo Prieto: “Cangrejos, al combate, cangrejos, a compás; un paso pa’ delante, doscientos para atrás…”

Y por eso las propuestas del Ejecutivo, sometidas a consideración del Senado, que obviamente con Ricardo Monreal ahí, pues nada: que todo quedará en “son órdenes superiores” y se hará.

Así se le ha dado reconocimiento para representar al país ante el Reino Unido a Josefa González Blanco-Ortiz Mena (así, compuesto, para no perder el linaje). La especialista en asuntos de medio ambiente. La misma funcionaria que en mayo de 2019, debido a su retraso, hizo esperar a un avión comercial por más de media hora, lo que causó indignación nacional y su inmediata renuncia como secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Ya de vuelta, nombrada embajadora.

O como es el caso del propuesto y aceptado por el Senado Francisco José Quiroga Fernández como embajador de México ante Alemania y cuya experiencia es la de haber sido subsecretario de Minería de la Secretaría de Economía hasta el primero de septiembre del 2020, y cuya vocación, talentos y experiencia, están en el área de la minería y metalurgia.

¿Y qué decir de Esteban Moctezuma Barragán? El mismísimo priista ex secretario de Gobernación, coordinador de campaña con Francisco Labastida, devenido luego en alto funcionario en Televisión Azteca de donde salió para ser secretario de Educación Pública ya como Morenista…

… Y ahora puesto en lugar de la sí embajadora Martha Bárcena como embajador de México ante EUA, el país más importante para México por lo que significa en vecindad, en comercio, seguridad, política migratoria y tanto más con el vecino del norte. ¿Cómo llegó ahí? Es la pregunta.

Pero también es pronta la respuesta: “Son órdenes superiores”, como lo son en el caso de Víctor Manuel Barceló que desde Tabasco fue a parar como embajador al Uruguay, o el abogado Jorge Islas López, como cónsul general en Nueva York… Y muchos más, así, en este sexenio.

En todo caso, las cosas andan muy mal en la Secretaría de Relaciones Exteriores. El canciller, Marcelo Ebrard Casaubón se ocupa de todo, menos de cuidar la política exterior de México y la diplomacia mexicana y mucho menos de su misma Secretaría.

Como es el caso del no pago de los apoyos complementarios a pensiones que establece la ley y que resultan de la Reforma a la Ley del Servicio Exterior Mexicano, publicada en el Diario Oficial el 19 de abril de 2018, lo que afecta a casi 450 diplomáticos jubilados de carrera, desde tercer secretario a embajador, y cuyo monto es mínimo en relación con el presupuesto aprobado para esta Secretaría cada año.

Pero nada. La política exterior es lo de menos para la 4-T. La Secretaría de Relaciones Exteriores a la deriva aunque, eso sí, el escudo de la Doctrina Estrada que aparece y desaparece según el momento, el estado de ánimo y sus intereses de gobierno, no nacionales.

Cientos de diplomáticos mexicanos serios ven con desasosiego lo que pasa en la SRE, pero sus titulares parecen no tomar las cosas en serio, tan en serio como es la propia seguridad nacional, el comercio internacional, la relación entre países, y los beneficios que este trabajo trae para los mexicanos.

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