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Construcción deprimida por ausencia del Plan de Infraestructura: BBVA

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En una presentación virtual a los medios de comunicación del Informe “Situación Inmobiliaria México”, correspondiente al segundo semestre de 2020, se manifestó que el Producto Interno Bruto (PIB) de la Construcción está dentro la depresión más prolongada de su historia, señalando que en gran medida es debe a las medidas adoptadas por la emergencia sanitaria generada por la pandemia del COVID-19, aunadas a la ausencia de un Plan Nacional de Infraestructura (PNI), durante la actual administración, que revela falta de rumbo y, por lo tanto, baja la expectativa de la recuperación.

Durante la presentación realizada por Carlos Serrano Herrera, Economista Jefe, Samuel Vázquez Herrera Economista Principal y Fernando Balbuena Campuzano, todos ellos de BBVA México, se detalló que sin planificación e inversión que la dirija, el bajo costo del financiamiento no constituirá un aliciente para la reactivación y la certidumbre que se requiere para que el sector privado forme parte de la palanca de crecimiento en el sector construcción.

El estudio estima que, en 2020, el PIB de la Construcción caerá 19.2% en términos anuales y en 2021 mantenerse en terreno negativo con una tasa de -7.3%. La recuperación podría vislumbrarse hacia finales de 2021, para consolidarse un moderado crecimiento en 2022, toda vez que se consolide la inversión y los efectos del T-Mec incentiven la demanda en el resto de las cadenas de valor relacionadas con la industria de la construcción.

En el reporte se detalla que la contracción en el PIB de la Construcción se ha profundizado al primer semestre del año, alargando su duración, con lo cual el sector ya cumple dos años en terreno negativo, siendo el período más largo desde la crisis de 2001. Por lo que la obra civil sigue contrayéndose, como resultado de una menor inversión.

Dado que el sector público suele tener mayor participación en este rubro por las obras de infraestructura, tan sólo el valor bruto de las obras energéticas cayó más de 37% en el 2T20; mientras que el correspondiente al sector de comunicaciones y transporte promedió una variación de -29.1%.

El estudio señala que, en el segundo trimestre del año, el valor bruto de la construcción se contrajo más de 30% en cada uno de los meses de abril a junio. A diferencia del año pasado, las caídas entre el sector público y privado son muy similares, dadas las restricciones por la emergencia sanitaria.

En este sentido, la edificación, tanto residencial como comercial, aceleraron su caída por una menor demanda generalizada. En el 2T20 el valor de la producción en ambos rubros registró contracciones del orden del 30% en términos anuales.

Si bien el sector ha logrado un crecimiento de su ocupación laboral en apenas 1%, esto se explica porque la industria de la construcción es intensiva en mano de obra y podría estar constituyendo un refugio en el mercado laboral de otros sectores. Como consecuencia, la productividad laboral sigue disminuyendo, dado que la producción se contrae.

El Informe “Situación Inmobiliaria” detalla que la baja demanda por insumos para la construcción ha llevado a que la inflación que enfrentan los constructores se mantenga controlada. Al segundo trimestre del año, el índice nacional de precios de la construcción creció por debajo del 3% anual. El componente de alquiler de maquinaria y equipo se ubicó por arriba del 5%, por los deslizamientos del tipo de cambio y no por mayor obra, pero se espera que se moderen durante la segunda mitad del año.

De acuerdo con el avance de obra pública de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al mes de junio se ha cubierto 46.2% del presupuesto modificado con base en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020. Las entidades con mayor presupuesto de este tipo de obra son: Campeche y Tabasco, gracias a la inversión en infraestructura para energía basada en hidrocarburos. No obstante, Nuevo León, Nayarit y Michoacán tienen el mayor avance, superior al 60%; dejando al final a Quintana Roo con solo el 20%. Estas cifras apuntan a que no ha habido un retraso significativo en el presupuesto que se pueda asociar a la menor actividad. No obstante, el presupuesto aprobado ya representaba una inversión menor.

En lo que se refiere a los precios de la vivienda el estudio señala que han continuado creciendo, aunque a tasas más moderadas debido a la disminución de la demanda generalizada. Al mes de junio han registrado tasas anuales de 6% en el segmento de interés social y 5.6% para el medio-residencial. Esto también ha sido una consecuencia favorable de la disminución de la producción de la vivienda por parte de las empresas constructoras, que se han alineado al menor tamaño del mercado y no han incurrido en producción excesiva que pueda ser difícil de colocar. Al segundo trimestre de 2020, los proyectos para construcción de vivienda han disminuido 22.1 %; mientras que las viviendas habitables, es decir, el inventario de vivienda nueva con servicios básicos instalados y lista para venderse ha disminuido 12%.

El saldo de la cartera hipotecaria ha continuado creciendo en 2020, aunque a tasas menores. Esto se explica por un incremento de la cartera vigente, que creció 5.6% en el segundo trimestre. El crecimiento de la originación en segmentos residenciales en términos reales fue el que impulsó los meses antes de la pandemia, pero ya comienza a desacelerar.

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