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OPINIÓN

Ser o no ser: “Miss Universe”

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La noche del 20 de noviembre pasado México se vistió de luces de colores y serpentinas y papelitos de oro y plata flotando en el aire. Es que ese día, cuando se celebra aquí la ya casi olvidada Revolución Mexicana, la representante de nuestro país en el certamen mundial de “Miss Universe” en Tailandia, Fátima Bosch, ganó. Fue coronada como la más bella de las bellas por un año…

Hasta ahí todo bien. El impacto de su triunfo fue bueno para todos en México, sobre todo en tiempos en lo que todo es agobio, peligro, violencia, mentira política, amenazas… Buenas noticias nos hacen falta hace tiempo.

Y fue bueno para Tabasco, sobre todo porque en los años recientes también ha pasado las de Caín en lo que a seguridad pública se refiere. Esa  noche, los tabasqueños salieron a festejar por todo lo alto, exultantes, el triunfo de su paisana de Teapa. Es una Tabasqueña la que recorrerá el mundo para llevar compañía, alegría, inteligencia y solidaridad, urbis et orbis.

Fue la ganadora de un certamen en el que se presentan las 120 mujeres más hermosas del planeta, elegidas en cada país para representarlos. Por supuesto hay muchísimas más, pero muchas de ellas no concursan en festivales de belleza.  

Y es que los certámenes de belleza son simpáticos si no se toman tan en serio. Digamos que es un festival en el que, envueltas un ambiente de oropel todas ellas, participan mostrando su mejor sonrisa, su mejor perfil, su mejor pose y el más hermoso cuerpo celestial, su mejor vestuario, su mejor traje de baño y hasta un traje del tipo folclórico. Y desfilan con elegancia, con ese aire de pertenecer al viento y a la luz. Y muestran su cuerpo y su gracia lanzados al mundo para conocimiento de todos. 

Pero junto a eso hay quienes se oponen a llevar a cabo estos eventos en los que, dicen, dan un tono de exhibición tipo carnaval de las mujeres; se les codifica como belleza y cuerpo sin considerar su inteligencia y aporte al desarrollo del mundo. Y –dicen los ‘opositores’- se les expone como un objeto carnal. Las muestran al mundo como si fueran mercancía u objeto de deseo.

Pero mientras son peras o son manzanas el evento ya se llevó a cabo y ganó la mexicana que fruta no vendía.

Pero (y aquí vienes los peros) el triunfo de Fátima Bosch ha comenzado a discutirse en distintas partes del mundo. Se han expuesto razones que contravienen los resultados emitidos por un jurado calificador de la belleza, gracia, inteligencia femeninas.

Todo comenzó previo a que se llevara a cabo el concurso en Tailandia. Días antes en una reunión con las jóvenes de los 120 países, a uno de los funcionarios del evento, un tal Nawat Itsaragrisil, se le ocurrió insultar públicamente a la representante mexicana llamándola “tonta”, a lo que la mexicana se defendió y acusó públicamente al funcionario y su agresión.

Por muchos lados llegaron apoyo para la mexicana, incluso algunas de sus compañeras se solidarizaron con ella, no obstante a algunos de los patrocinadores del evento no les cayó bien este ruido mediático y lo mostraron quitándole la palabra a la mexicana en alguna entrevista. 

El evento se llevó a cabo el 20 de noviembre y ganó Fátima.

Un miembro del jurado, Omar Harfouch, quien había renunciado junto con otros dos jueces días antes, dijo que la elección no estaba siendo transparente, y hasta dijo, un día antes, que todo estaba preparado para que ganara la mexicana.

Acusa que el copropietario del evento, quien es un mexicano que se llama Raúl Rocha, mantiene negocios con el empresario Bernardo Bosch, el papá de la reina de belleza, quien tiene una larga trayectoria en Pemex.

Esto es, que según el ex integrante del jurado, podría haber contubernio entre Rocha y Harfouch padre, para que ganara la mexicana.

Algunas de las jóvenes participantes al evento también han mostrado su inconformidad por la manera como se llevó a cabo el certamen y la manera como ganó la mexicana.

Otra inconformidad provino de una ex Miss Universo, la rusa Natalie Glebova, quien fungió como una de los jurados del reciente certamen. A través de una publicación en Instagram, dijo su preferencia por la delegada del país sede, Praveenar Singh, quien quedó en segundo lugar.

En el mismo post, la rusa señaló su inconformidad con la manera en que se comunicó el triunfo de la tabasqueña. “Cuando competí en 2005, y los años anteriores, recuerdo que había un auditor que entraba al escenario con los resultados sellados por una firma notarial. Debería volver eso”.

El chiste es que al parecer esta elección ha sido accidentada desde antes  y durante el evento. Y ahora resulta que los grandes medios internacionales dicen que está en duda el triunfo de la mexicana.

Para quienes no gustan de estos eventos no pasa nada. Para quienes sí los siguen es un problema que se debe solucionar.

Y no está por demás que se aclare el presunto contubernio entre el padre de la ganadora y el copropietario de “Miss Universe”. Si hay o no beneficios para Rocha. Esto lo tendrá que informar Pemex, empresa que por cierto fue una de las primeras en felicitar a Fátima Bosch.

El problema que sigue es para Fátima, pues tendrá que recorrer el mundo con el mensaje de paz y transparencia y tendrá que llegar a los países que enviaron a su representante y que se sienten engañados en sus resultados. Ojalá que la corrupción que abate al país no llegue hasta estos espacios de foquitos de colores.  

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