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OPINIÓN

‘Con el apagón qué cosas suceden…’

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Así que gran parte del sureste mexicano se quedó sin luz por aproximadamente 7 horas el viernes 26 de septiembre. Campeche, Yucatán, Quintana Roo estuvieron sin energía eléctrica; sin la conexión en el funcionamiento de mucho de lo que permite la vida, la subsistencia y la seguridad de millones de seres humanos.

El apagón que comenzó a las 14 horas, afectó a 2.2 millones de personas de esos tres estados del sureste, generando interrupciones en telecomunicaciones, caos vial –y lo que esto significa en seguridad personal y familiar-, así como pérdidas en el sector turístico en tres entidades en las que el turismo es parte primordial de su economía…

… Y aunque muchos hoteles de alta gama cuentan con plantas eléctricas para su uso en caso de urgencia, también es cierto que no todos cuentan con este apoyo y, en todo caso, la gente no viaja para estar metidos en el hotel y sí requieren servicios como restaurantes externos, transporte, diversiones…, sobre todo en el día, como ocurrió.

Dada la magnitud del problema, la presidente Claudia Sheinbaum informó a través de su cuenta de X que la causa fue una falla en una línea de transmisión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), aunque aclaró que ‘las plantas de generación se encuentran en operación normal y que el servicio se estaba recuperando’.

Luz Elena González, secretaria de Energía, dijo que “la interrupción ocurrió cuando se realizaban trabajos de mantenimiento. La falla afectó a nueve centrales de operación que generan un total de 2 mil 174 megawatts, lo que ocasionó la caída parcial de la red eléctrica en el sureste del país.” No se notó la explicación al respecto de la Directora General de la Comisión Federal de Electricidad, Emilia Esther Calleja Alor.

El tema no es cualquier cosa. Es un asunto de vida o muerte. No sólo por la indignación de la gente ahí, en tanto que trastoca su vida normal. ¿Y qué pasa con los servicios quirúrgicos que se llevaban a cabo o que se tenían programados en casos de gran urgencia?

Y tampoco es tan solo un asunto de una ‘falla durante trabajos de mantenimiento’, como se quiso minimizar el problema. Se entiende que quienes operan el sistema de energía eléctrica para el país tienen la capacidad técnica y la experiencia para que, mientras llevan a cabo estas tareas de mantenimiento, todo funcione bien en el país en cuanto a suministro eléctrico…

… Que no haya errores ni fallas que pongan en riesgo no sólo los sistemas eléctricos estatales o municipales, sino lo que esto significa en términos de pérdidas económicas millonarias en la economía de empresas, oficinas, negocios, comercios –muchos de éstos expuestos al saqueo u otros riesgos de seguridad–.

Plantas industriales se vieron afectadas en sus operaciones, grandes centros comerciales, aparatos eléctricos de traslado –elevadores, escaleras eléctricas, cajas de registro, iluminación…-

Alimentos perecederos que podrían echarse a perder sin la refrigeración necesaria… Y hablamos sólo de lo que ocurre en las grandes zonas urbanas. ¿Y qué pasa en las comunidades rurales que son tantas en esta región? Tanto y tanto más, tan sólo por “una falla en los trabajos de mantenimiento”.

Cada vez son más frecuentes apagones momentáneos en distintas partes del país. Como pasó, por ejemplo, a las 17.05 del 6 de mayo de 2024 cuando sucedió un apagón masivo que afectó a 20 estados de la República. Esto ocurrió desde la tarde y hasta entrada la noche.

En aquella ocasión, la versión oficial dijo que se debió “a que se declaró un Estado Operativo de Emergencia en el Sistema Interconectado Nacional, debido a que la alta demanda de energía provocó que el Margen de Reserva Operativa fuera menor al 3%, cuando la normatividad establece un mínimo del 6%.”

En aquella ocasión el apagón de varias horas provocó fallas en el suministro de energía eléctrica en la Ciudad de México, en partes de los estados como el EdoMex, Campeche, Jalisco, Hidalgo, San Luis Potosí, Oaxaca, Zacatecas, Querétaro, Guanajuato, Tamaulipas, Puebla, Nuevo León, Yucatán, Sinaloa, Chiapas y Quintana Roo…

La Comisión Federal de Electricidad nos cuesta mucho a los mexicanos.

Tan sólo saber que el proyecto de presupuesto para 2026 asignado a la CFE es de 554 mil 567 millones de pesos, además de que el servicio de suministro eléctrico lo paga todo usuario. Esto es: en 2024 la CFE recibió ingresos totales por 667,244 millones de pesos como pago por el consumo de electricidad y otros servicios. Este monto representó un incremento del 4.3 por ciento en comparación con los ingresos obtenidos en 2022 por este rubro.

Y este pago tiene que ser puntual a riesgo de que se suspenda el servicio. La reinstalación no es inmediata, como prometen, así que hay que apechugar para tener luz y seguridad.

Hoy conocemos la versión oficial de lo ocurrido para que tres estados y 2.2 millones de mexicanos se quedaran sin luz y suministro eléctrico. ¿En verdad es eso lo que ocurrió?

En primer lugar, la Secretaría de Energía y la CFE deben garantizar que no ocurran este tipo de “fallas en el mantenimiento” que producen serios problemas y graves daños para la zona en donde ocurre el desabasto eléctrico.

Y también es importante que las mismas instancias de gobierno informen de otro tipo de problemas que pudieran derivar en estos apagones. Factores externos de cualquier tipo deben evitarse bajo toda circunstancia con protocolos de seguridad, vigilancia, protección de instalaciones y del suministro, lo que sería un tema de seguridad nacional.

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