Movilidad
El FIT: Motor Social en el Istmo de Tehuantepec

El Istmo de Tehuantepec, una región estratégica del sur-sureste mexicano, ha comenzado a transformarse de manera profunda gracias al Ferrocarril Interoceánico (FIT), una de las obras logísticas más importantes del país. Más allá de su impacto económico, el proyecto ha traído beneficios sociales concretos a las comunidades de Oaxaca y Veracruz.
Una región diversa, con grandes retos históricos
Con una población cercana a los 2.5 millones de habitantes, el Istmo de Tehuantepec abarca municipios como Salina Cruz, Juchitán, Ixtepec, Matías Romero, Coatzacoalcos, Minatitlán y Acayucan, entre otros. Esta franja del país, históricamente rezagada en infraestructura, empleo y conectividad, comienza a experimentar mejoras palpables que elevan la calidad de vida de sus habitantes.
Impacto social con resultados tangibles
Durante su construcción y ahora en operación, el FIT ha generado más de 20 mil empleos directos e indirectos, priorizando la contratación de mano de obra local. Paralelamente, se han implementado programas de capacitación técnica en áreas como transporte, logística y mantenimiento ferroviario.
Gracias a esta nueva infraestructura, poblaciones que por años permanecieron aisladas hoy tienen acceso a una red de transporte moderna, que facilita la movilidad y mejora el acceso a servicios de salud, educación y comercio, reduciendo tiempos y costos de traslado para miles de familias.
El proyecto también ha impulsado mejoras urbanas: pavimentación, iluminación, acceso al agua potable y rehabilitación de espacios públicos, particularmente en comunidades tradicionalmente marginadas.
Economías locales y desarrollo con enfoque social
A través de los Polos de Desarrollo para el Bienestar (PODEBIS), el Gobierno ha promovido inversiones que integran a productores locales, cooperativas, mujeres emprendedoras y jóvenes, fomentando economías circulares con enfoque social.
Entre las localidades beneficiadas destacan Salina Cruz, Tehuantepec, Juchitán, Ciudad Ixtepec, Matías Romero y San Juan Evangelista en Oaxaca; así como Coatzacoalcos, Nanchital, Minatitlán, Jáltipan, Acayucan y Sayula de Alemán en Veracruz.
Un eje que integra comunidades y futuro
El FIT no solo conecta al Golfo de México con el Pacífico; también articula a comunidades con una larga historia y nuevo potencial de desarrollo. Este proyecto se consolida como una herramienta de integración nacional, que impulsa un crecimiento más incluyente y sostenible en una región que durante décadas estuvo en la periferia del desarrollo económico.
Con este avance, el Istmo de Tehuantepec deja de ser una promesa y se convierte en protagonista del futuro logístico y social de México.