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Heridas abiertas

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Open wounds

En todas las guerras, las mujeres han llevado siempre el peso silencioso del sufrimiento. Nunca han sido ellas las que empuñaban las armas, nunca las que estaban en primera línea, pero la sombra de la guerra caía igualmente sobre ellas. Es en tiempos de guerra cuando las sociedades más han confiado en las mujeres, convirtiéndolas en guerreras invisibles. Sin los hombres de la casa presentes, se han visto obligadas a luchar para sobrevivir y sacar a flote a sus familias. Una lucha llevada a cabo en silencio, sin pistolas ni espadas, pero con determinación y el amor feroz que sentían por sus familias. Es el caso de Josefa y Felisa, dos mujeres a las que les arrebataron a sus maridos durante la dictadura franquista y tuvieron que poner cara de valientes, no solo para sacar adelante a sus familias, sino para intentar salvarles la vida a sus maridos.

A pesar de los horrores de la guerra, no fue nada comparado con lo que vino después. El final de la Guerra Civil Española trajo algo mucho más oscuro. Bajo la dictadura de Franco, los verdaderos horrores se revelarían para las dos mujeres cuando ambos cabezas de familia, Manuel y Santiago, fueron encarcelados. En el caso de Manuel, fue encarcelado por su afiliación política con la izquierda española . En el caso de Santiago, su destino fue sellado por un cruel giro del destino: un desafortunado malentendido relacionado con su camión . Con los sustentadores de la familia desaparecidos, Josefa y Felisa tuvieron que valerse por sí mismas y sus familias para llegar a fin de mes. 

Además de la lucha por alimentar a sus hijos, ambas mujeres se encargaron de liberar a sus maridos , haciendo todo lo posible para liberarlos de las rejas de hierro que las tenían retenidas. Así, comenzaron un duro camino: contactaron a personas poderosas, las visitaron en prisión para que comieran y trataron de proteger a sus hijos de la represión. Lucharon con la esperanza de que algún día pudieran reencontrarse con sus seres queridos. Lamentablemente, solo una de estas mujeres pudo ver sus deseos cumplidos.

Debido a la autarquía que Franco instauró, España sufrió una devastadora escasez de alimentos y otras necesidades básicas . Josefa y Felisa hicieron lo que creyeron necesario para alimentar a sus familias y proteger a sus hijos de los horrores del régimen. Cada día era una lucha, pero estas mujeres estaban decididas, impulsadas por el amor que tenían por sus familias y la esperanza de que, de alguna manera, superarían esta tormenta y, finalmente, podrían levantar triunfalmente la cabeza por encima del agua.

Eran guerreros silenciosos, pero su coraje hablaba por sí solo. 

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