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Economía

Cuesta de enero e inflación, laceran al pequeño comercio

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La organización Con Comercio Pequeño advierte más cierres de negocios en 2022 

El 2022 será un gran reto para la permanencia y crecimiento del pequeño comercio y las empresas familiares, que hasta este año han sobrevivido a las dificultades de la recesión económica iniciada en el 2019 y los cierres de la economía del 2020 y 2021 que se implementaron para contener la pandemia del COVID-19 ya que suman una complicada cuesta de enero y una exorbitante inflación que desincentiva el consumo.

Gerardo Cleto López Becerra, presidente del organismo, dijo que los efectos negativos que la crisis ha dejado entre los pequeños comercios formales no tienen referencia en tiempos recientes.

“Un indicador nos lo ofrece el Estudio sobre la Demografía de los Negocios 2021 (EDN 2021) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en diciembre pasado. El INEGI señala que entre mayo del 2019 y julio del 2021, aunque se crearon 1 millón 806 mil 170 establecimientos, cerraron 2 millones 594 mil 787 negocios. El saldo negativo de los indicadores representa que en el periodo señalado hubo 788 mil 174 establecimientos que literalmente murieron”, señaló.

Mencionó que más que números y estadísticas sobre ganancias económicas o pérdidas, su principal preocupación se centra en que cada uno de los establecimientos que se crearon o cerraron, representa el esfuerzo y la inversión de una familia que busca dar un servicio a la comunidad en donde se establece, para lograr un ingreso y tener una manera digna de vivir.

“Los negocios que cerraron además de haber sido centros de servicio a las comunidades en donde operaban, eran motor de la economía formal. Los mismos datos que el INEGI publica afirma que los micro, pequeños y medianos comercios y empresas aportan el 99.8 por ciento al total de establecimientos registrados a nivel nacional”, indicó,

Además, el líder de Con Comercio Pequeño , precisó que el cierre de 788 mil 174 establecimientos representa la pérdida del 16.22 por ciento de los pequeños establecimientos mercantiles a nivel nacional. “Lo sorprendente es que la alta defunción de establecimientos mercantiles no ha generado ninguna acción extraordinaria de autoridades locales o federales”.

Para López Becerra, si bien en cada inicio de año, enero y febrero, representan una temporada de ventas bajas y pagos anuales que se tienen que realizar. La llamada ‘cuesta de enero’ suele ser tanto para los consumidores como para el pequeño comercio una temporada de dificultad económica.

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Indicó que un aspecto positivo que tenemos este año a diferencia del 2021, es que se inició bajo los criterios de tener una economía abierta, aunque bajo las cautelas que implican los incrementos de contagios por el COVID-19 y sus variantes.

“Mantener la sensatez de la apertura de negocios en esta temporada, logró amortiguar el cierre de establecimientos y la pérdida de empleos formales. Además, se ha demostrado que los establecimientos formales son los que en mayor medida aplican los protocolos de sanitización y controlan mejor los contagios”, destacó.

Sin embargo, dijo, hay dos factores que están enfrentando los dueños de establecimientos mercantiles, así como los consumidores, en este inicio de año: el incremento de contagios por COVID-19 y sus variantes, así como por el aumento de precios de productos de consumo popular.

“El incremento de contagios por COVID-19 y sus variantes, el desabasto de pruebas, las deficiencias en el programa de vacunación y faltas de criterio que han mostrado los funcionarios públicos encargados de las estrategias de atención a la pandemia son de gran preocupación para nuestro sector. Hemos insistido en que no habrá recuperación económica posible si no logramos establecer una estrategia acertada para contener y disminuir los efectos de la pandemia”, indicó.

Mencionó que hay registro de negocios pequeños como tiendas de abarrotes, recauderías o papelerías que no han abierto este año o abren con irregularidad por contagio de sus encargados.

Dijo que otro factor que les inquieta en este inicio de año, es el incremento de precios que han registrado productos tanto de la canasta básica como los de alto consumo popular. En promedio, las mercancías que comercializan están alcanzando incrementos cercanos al 30 por ciento en promedio.

“De mayor preocupación son el acelerado aumento de precios de productos que son necesarios para la alimentación de las familias, algunos llegando a niveles no antes vistos en algunos puntos de abasto: $100 el kilo de limón, $180 un kilo de bistec de res o $20 pesos por un kilo de tortilla.

Alzas que afectan a consumidores y comerciantes al desincentivar el consumo y generar la idea de que los incrementos los hacen ellos cuando son el eslabón final de la cadena de comercialización.

Por último, Gerardo Cleto López Becerra, mencionó que, en este inicio de año, el sistema económico presenta factores de alto riesgo como son: frágil sistema de salud, incremento de precios, falta de programas gubernamentales de apoyo, entre los principales. De no atender los factores de riesgo, la mortandad de negocios en pequeño podrá seguir incrementándose este año.

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