CONSTRUCCIÓN
Permisos para construir vivienda “dolor de cabeza”: AMPI
El programa de vivienda tiene que venir acompañado de una política nacional de construcción de vivienda donde también participe la iniciativa privada y la sociedad

El principal reto para abatir el rezago de vivienda de interés social en nuestro país es ponernos de acuerdo con el gobierno y tener un nuevo plan de desarrollo de vivienda, porque los permisos para construir “son un dolor de cabeza”, consideró Karim Oviedo, presidente entrante de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).
En entrevista con la periodista Mariel Zúñiga en su programa En Concreto Contigo, el presidente de la AMPI destacó que el anuncio del millón de viviendas, la mayoría serán de interés social.
Para nosotros es muy relevante porque pone en el centro del interés del gobierno, un problema nacional de muchos sexenios donde no ha habido una política clara de construcción de vivienda de interés social.
Señaló que el programa de vivienda tiene que venir acompañado de una política nacional de construcción de vivienda donde también participe la iniciativa privada y la sociedad.
«Y supongamos que se hayan construido un millón entre de 2020 y 2024 y otro millón, son dos millones de viviendas contra nueve millones de rezago si nosotros dejamos solos al gobierno para que construyan un millón en seis años tardara mucho».
Qué vamos a hacer con los otros siete millones, se cuestionó y señaló diversos retos, el primero es tener la anuencia del gobierno porque “los permisos para construir vivienda y la regulación son un dolor de cabeza para cualquier desarrollador”, afirmó.
Apuntó que los permisos van concatenados, “sino sale uno, no salen los demás, no hay transparencia de cómo sacar los permisos”.
Además, el sector dijo, se enfrenta a retos como la falta de fuerza de trabajo, “no tenemos programa de capacitación de mano de obra y la posible alza en los insumos para la construcción como el centro y el acero, “que son los que más han subido”
Además, añadió que hay gente que no tiene acceso al crédito, porque no son derechohabientes, a lo que se suma que las tasas de interés son altas.