La pausa laboral: clave del bienestar y la productividad en 2025

La pausa laboral se consolidó como uno de los temas centrales en la agenda de bienestar corporativo. Hoy se entiende como una herramienta estratégica para proteger la salud mental, mejorar el enfoque y mantener una productividad sostenible. No implica detener el trabajo, sino permitir que las personas recuperen claridad y regresen con mayor energía.

Los resultados del estudio Retos y perspectivas del trabajo, realizado por WeWork, revelan que 54% del talento en México vive frustración laboral, principalmente debido a esquemas poco flexibles. Tras la pandemia, una gran parte de la fuerza laboral reordenó sus prioridades, lo que vuelve incompatible mantener modelos rígidos sin espacios reales de descanso.

El mismo estudio señala que 60% de las personas en México reorganizó sus prioridades y hoy valora más su bienestar, su vida personal y su salud mental. El trabajo remoto comprobó que es posible mantener la productividad sin traslados prolongados, mientras que el modelo híbrido creó un equilibrio donde el enfoque individual convive con la colaboración presencial. Sin embargo, la evidencia apunta a un hecho contundente: sin pausas, cualquier esquema se desgasta.

Instituciones como la American Psychological Association y la Organización Mundial de la Salud documentan que las jornadas extensas aumentan el riesgo de ansiedad, depresión y deterioro emocional. Estudios recientes muestran que 26% de la población trabaja más de 48 horas semanales, particularmente jóvenes entre 20 y 35 años, lo que incrementa el riesgo de agotamiento.

Este panorama transformó la manera en que las personas evalúan su satisfacción laboral. De acuerdo con Talent Trends de PageGroup, nueve de cada diez empleados que iniciaron un nuevo trabajo seguirían escuchando ofertas, mientras que seis de cada diez cambiaron de puesto desde la pandemia. El mensaje es claro: si una organización no prioriza la calidad de vida, el talento buscará alternativas.

En este escenario, la pausa adquiere un papel esencial. Son esos minutos breves —el café, el pasillo, la conversación corta— donde surgen ideas, se fortalecen vínculos y mejora la comunicación. Los equipos cansados cometen más errores y colaboran peor; los equipos descansados se adaptan mejor, aprenden más rápido y aportan mayor valor.

“El descanso dejó de verse como un beneficio opcional. Hoy es una condición imprescindible para que los equipos puedan sostener su crecimiento. Cuando las personas cuentan con espacios que les permiten respirar, concentrarse y conectar, el trabajo fluye mejor y la innovación se vuelve natural”, señaló Leydis Castro, People Partner Manager en WeWork.

Los espacios flexibles y modelos híbridos facilitan esta dinámica. Permiten alternar ambientes según la tarea, incorporar pausas intencionales y mantener la colaboración sin fricciones. Ambos estudios coinciden en que estos esquemas reducen el estrés y se encuentran entre las principales preferencias del talento en México.

Los pasos a seguir son claros: promover descansos, incentivar horarios razonables, diseñar oficinas con vegetación, zonas de desconexión y ergonomía real, además de activar esquemas flexibles que fortalezcan la autonomía. Cada vez más personas buscan espacios que prioricen bienestar, privacidad y mobiliario adecuado.

La pausa dejó de ser un lujo. Hoy es una decisión estratégica que fortalece a los equipos, eleva la competitividad y prepara a las organizaciones para el futuro.