La nueva era dorada de los mercados emergentes

Elisabeth Colleran, Gestora de Portafolios y Codirectora del Equipo de Deuda de Mercados Emergentes, y Jackie Lafferty, Estratega de Inversión, Loomis Sayles mencionan que los mercados emergentes suelen verse como más volátiles que los países desarrollados. Sin embargo, la evolución geopolítica, la disciplina monetaria y una ola de políticas públicas más sólidas están cambiando esta narrativa. Hoy, los inversionistas observan algo distinto: varias economías núcleo de mercados emergentes parecen estar entrando en las primeras etapas de un ciclo virtuoso de crecimiento, lo que podría acelerar la demanda de deuda emergente más allá del atractivo de la diversificación y las valuaciones.

Una era dorada en construcción

Después de la pandemia, muchas economías emergentes han impulsado reformas estructurales, aplicado políticas fiscales más responsables y mantenido la disciplina monetaria. Estos factores, actuando de forma simultánea y sostenida, están generando un entorno macroeconómico más estable, capaz de atraer capital, incentivar la inversión doméstica y elevar la productividad.

Un entorno con impulso positivo

No existe un único factor detrás del avance actual. Es una suma de políticas internas, dinámicas globales y decisiones estratégicas que han empezado a alinearse.

1. Políticas monetarias oportunas

La rápida acción de los bancos centrales para contener la inflación permitió que muchos países emergentes hoy operen con inflación dentro de objetivos. Este ambiente más benigno abrió la puerta a recortes en las tasas de referencia, reduciendo los costos de financiamiento y apoyando el crecimiento económico.

2. Política fiscal responsable y desdolarización

En paralelo, varios gobiernos han adoptado metas fiscales claras, con mecanismos para responder a shocks externos.
Al mismo tiempo:

• ha disminuido el uso de reservas para defender monedas,
• se ha reducido la dependencia del financiamiento externo,
• y el sector público y corporativo aumentó la emisión de deuda en moneda local.

Estos cambios reducen riesgos cambiarios y fortalecen la sostenibilidad de la deuda.

3. Factores globales favorables

El escenario internacional también ha jugado a favor:

• La moderación del precio del petróleo impulsa tendencias desinflacionarias.
• Un crudo entre 60 y 70 dólares resulta favorable tanto para exportadores como importadores.
• La debilidad del dólar aligera la carga de deuda y mejora las cuentas fiscales en países emergentes.

Un círculo virtuoso en formación

Mejores fundamentales, costos de financiamiento más bajos y oportunidades atractivas de carry podrían detonar un flujo mayor de capital hacia los mercados emergentes. A largo plazo, elementos como la transición energética, el avance digital y el bono demográfico sostendrán la demanda estructural de estos mercados.

Para los inversionistas que buscan crecimiento y valuaciones competitivas, la deuda emergente representa un universo amplio y diversificado, con opciones tanto de grado de inversión como de alto rendimiento, que se adaptan a diferentes objetivos y perfiles de riesgo.