CONSTRUCCIÓN
México sube aranceles a importaciones asiáticas: impactos y riesgos
Los días 10 y 11 de diciembre de 2025, el Congreso mexicano aprobó una reforma arancelaria que incrementa los gravámenes a miles de partidas importadas provenientes de países asiáticos con los que México no mantiene tratados de libre comercio. La iniciativa, impulsada por el Ejecutivo, modifica entre 1,400 y 1,463 fracciones arancelarias, con aumentos que van desde 5% hasta 50%, concentrándose principalmente en rangos de 10% a 35%, según el producto.
La medida impactará de forma directa a diversos sectores, entre los que destacan autopartes y vehículos ligeros, textil, vestido y calzado, plásticos, siderurgia, electrodomésticos, muebles y cosméticos, entre otros. Su entrada en vigor está prevista para inicios de 2026, una vez concluido el trámite en el Senado y la promulgación presidencial.
La reforma aplica específicamente a importaciones originadas en países asiáticos sin acuerdos comerciales preferenciales con México. Aunque China es el caso más señalado, la disposición también abarca a India, Corea del Sur, Vietnam, Tailandia, Taiwán e Indonesia, entre otros, conforme a la redacción legal que refiere a “países sin tratado comercial vigente”.
Objetivos y recaudación estimada
De acuerdo con el discurso oficial, el objetivo de la reforma es proteger las cadenas productivas nacionales, reducir prácticas de competencia desleal, fortalecer la posición de México en la próxima revisión del T-MEC y apoyar la reindustrialización doméstica.
En términos de recaudación, las estimaciones varían de manera significativa según la fuente. Algunas agencias internacionales citan cifras cercanas a 3,760 millones de dólares adicionales anuales, mientras que otros reportes sitúan el rango entre 2,500 millones de dólares y estimaciones expresadas en pesos que alcanzan centenas de miles de millones. Esta dispersión refleja diferencias en los supuestos sobre el alcance final de las fracciones arancelarias y la elasticidad de la demanda de los bienes gravados.
Impacto relativo en el comercio con Asia
Para dimensionar el impacto, si se toma como referencia una recaudación adicional de 3,760 millones de dólares y se compara con el valor de las importaciones mexicanas desde China en 2024, estimadas en 129.8 mil millones de dólares, el efecto representaría aproximadamente 2.9% del valor anual de dichas importaciones.
Si bien se trata de un impacto relevante, no resulta sistémico en el conjunto del comercio bilateral. No obstante, para países con flujos de exportación a México significativamente menores —como India, Vietnam o Tailandia— el impacto relativo puede ser más elevado, aun cuando el monto absoluto sea menor.
En el caso de Vietnam, por ejemplo, se estima un impacto potencial sobre exportaciones cercanas a 12,400 millones de dólares, con aranceles promedio de entre 10% y 30%, lo que implicaría un efecto fiscal estimado de entre 1,240 y 3,720 millones de dólares.
Consumo interno y efectos económicos
El Ejecutivo ha defendido la medida como un mecanismo para estimular la producción nacional y fortalecer el consumo interno; sin embargo, hasta el momento no se ha dado a conocer una estimación puntual sobre el crecimiento del consumo atribuible exclusivamente a los nuevos aranceles.
¿Qué esperar para México?
En el corto plazo, el análisis de Skandia anticipa al menos tres dinámicas simultáneas:
- Ajustes en los flujos comerciales, incluyendo la búsqueda de nuevos orígenes de importación, un mayor contenido nacional en ciertos bienes o posibles incrementos de precios al consumidor.
- Negociaciones bilaterales y presiones diplomáticas por parte de los países afectados, así como un seguimiento más estrecho por parte de China mediante mecanismos comerciales.
- Un debate técnico y político más intenso sobre reglas de origen, dependencia de insumos importados y el impacto en la competitividad exportadora de México.
Si los aranceles logran incentivar inversiones relevantes en cadenas productivas locales sin generar inflación persistente ni represalias comerciales significativas, la medida podría presentarse como un caso exitoso de sustitución de importaciones. En contraste, si la producción nacional no logra absorber la demanda sustituida con rapidez y escala suficientes, los costos podrían trasladarse a los consumidores y afectar la competitividad de las exportaciones mexicanas.
En cualquier escenario, esta reforma representa un cambio relevante en la política comercial de México y colocará al país en el centro de tensiones comerciales regionales durante 2026.
Análisis elaborado por el equipo de Skandia.
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