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Para entender el crecimiento es básica la innovación

Rodolfo Ostolaza, analista de Banamex, recuerda que la Real Academia Sueca de Ciencias anunció que Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt fueron los ganadores del Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, por sus contribuciones pioneras en la explicación del crecimiento económico impulsado por la innovación tecnológica.
Lo anterior porque su investigación subraya la importancia de la «destrucción creativa» y los prerrequisitos históricos para un progreso sostenido, en un contexto global donde el estancamiento económico ha sido la norma a lo largo de la historia humana, salvo en los últimos dos siglos.
Las implicaciones de este Nobel para economías como la de México son profundas, en un momento en que el nearshoring y la transición energética demandan mayor innovación. Los trabajos de los laureados enfatizan la urgencia de fortalecer instituciones que fomenten la apertura científica y la competencia, así como reformas en patentes y educación superior, para evitar el estancamiento y capitalizar la destrucción creativa en sectores clave.
Esta reflexión debe recordarnos que, hay un estancamiento y un muy bajo nivel en México de la inversión en I&D (respecto a otros países), como indicador muy agregado.
En América Latina, donde el crecimiento ha sido volátil, adoptar estos principios podría acelerar la convergencia con economías avanzadas, priorizando inversiones en conocimiento sobre meras transferencias de recursos.
En resumen, el Premio Nobel de 2025 refuerza que el crecimiento económico es un proceso frágil, dependiente de la innovación y la adaptabilidad social.
Al premiar a Mokyr, Aghion y Howitt, la Academia Sueca nos invita a reflexionar sobre cómo preservar estos mecanismos en un mundo cada vez más interconectado, asegurando que el progreso tecnológico beneficie a la sociedad en su conjunto y no solo a las élites.
Este reconocimiento, reparte 11 millones de coronas suecas (1.16 millones de USD, mitad para Mokyr y la otra mitad entre Aghion y Howitt), debido a que sus trabajos no solo iluminan las dinámicas que han elevado a millones de personas de la pobreza, mejorando la salud y la calidad de vida.
También ofrecen lecciones clave para políticas públicas orientadas a fomentar la innovación en economías emergentes como la mexicana.
Joel Mokyr, profesor emérito de Economía e Historia en la Universidad Northwestern (EUA), recibe la mitad del premio por su análisis histórico de los prerrequisitos para el crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico. En obras como «A Culture of Growth» (2016), Mokyr demuestra que, para que las innovaciones se sucedan en un proceso autocatalítico, no basta con saber que algo funciona; es esencial comprender científicamente por qué lo hace.
Antes de la Revolución Industrial, la ausencia de tales explicaciones científicas impedía la acumulación de conocimiento, limitando el avance económico a episodios aislados. Su enfoque resalta la necesidad de sociedades abiertas a nuevas ideas y tolerantes con el cambio, recordándonos que el crecimiento no es inevitable y requiere instituciones que protejan la libertad intelectual y la experimentación.
Philippe Aghion, profesor en el Collège de France, INSEAD y la London School of Economics (Francia y Reino Unido), comparte el galardón con Howitt por desarrollar la teoría moderna de la «destrucción creativa» como motor del crecimiento económico.
En su artículo seminal de 1992 modelan matemáticamente cómo las innovaciones disruptivas desplazan tecnologías obsoletas, generando un ciclo interminable de reemplazo que sustenta el progreso económico. Este marco teórico explica por qué las empresas dominantes en un mercado a menudo resisten el cambio, creando conflictos que las políticas públicas deben gestionar para evitar bloqueos a la innovación.
Sus contribuciones han influido en el entendimiento de cómo la competencia y la inversión en I&D (investigación y desarrollo) impulsan la productividad, con aplicaciones directas en sectores como la manufactura y los servicios digitales.
Peter Howitt, profesor de Economía en la Universidad Brown (EUA), complementa el trabajo de Aghion al formalizar los mecanismos de la destrucción creativa en un marco endógeno de crecimiento. Juntos, sus modelos muestran que el avance tecnológico no surge de forma exógena, sino como resultado de incentivos internos al mercado, donde el riesgo de obsolescencia motiva la inversión continua en innovación.
Howitt ha extendido estas ideas a análisis empíricos sobre desigualdad y movilidad social, ilustrando cómo el ciclo de destrucción y creación puede amplificar disparidades si no se equilibra con políticas redistributivas. Su enfoque cuantitativo proporciona herramientas para evaluar el impacto de reformas regulatorias en la dinámica de crecimiento a largo plazo.