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Urgen ONU y Habitat a detener crecimiento urbano que provoca 70% de emisiones de CO2
Se requiere desarrollar proyectos de infraestructura, servicios básicos y viviendas sociales
Luego de que 70% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2), están siendo provocadas por el acelerado crecimiento urbano, donde se reconoce que las ciudades son responsables de esta situación, la Organización de las Naciones Unidas /( ONU) y Hábitat urgen a revertir esta situación puesto que 3,300 millones de personas, podrían estar en riesgo de sufrir impactos climáticos severos.
En el marco del Día Mundial del Hábitat 2021, este 4 de octubre, cuyo tema es acelerar la acción urbana para un mundo libre de carbono, la Directora Ejecutiva de ONU-Habitat, Maimunah Mohd Sharif, anticipó que “al enfocar nuestra atención en responder y recuperarnos de la crisis del COVID-19, asegurémonos de que cada acción que tomemos hoy, cada inversión y apoyo que movilicemos estimule vías de desarrollo más sostenibles, bajas en carbono y resilientes que no dejen a nadie ni a ningún lugar atrás”.
Indicó que se debe transitar en acciones dirigidas al clima, incluida la planificación urbana más compacta y transitable, apoyando la mejora de los códigos y prácticas nacionales de construcción y edificación sostenibles. Igualmente mejorar el transporte público y promover el no motorizado, introducir la movilidad eléctrica, promover la generación de energía limpia y mejorar la gestión de residuos y suministro de agua y saneamiento.
Señaló que se requiere, ofrecer apoyo para desarrollar proyectos de infraestructura, servicios básicos y viviendas sociales para atraer financiamiento multilateral y de otro tipo, incluida la inversión climática para reconstruir mejor con una “recuperación justa y verde”.
“Ofrecer apoyo en la realización de Revisiones Locales Voluntarias para evaluar el progreso en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los objetivos del Acuerdo de París, presentando hallazgos en foros como la revisión de alto nivel de la Nueva Agenda Urbana, prevista para principios de 2022. Facilitar el intercambio de lecciones aprendidas y mejores prácticas entre ciudades”, acotó.
La ONU, destacó que las ciudades también están al frente de la crisis climática. Más de 500 millones de residentes urbanos ya enfrentan un aumento del nivel del mar y tormentas más frecuentes o severas.
A decir del organismo internacional, las ciudades también tienen una huella de carbono descomunal derivado de que poco más de la mitad de la población mundial, emiten más del 70% de los gases de efecto invernadero globales y la pandemia de Covid-19 es una catástrofe global, pero la inversión en recuperación es una oportunidad generacional para poner la acción climática, la energía limpia y el desarrollo sostenible en el centro de las estrategias y políticas de las ciudades.
Por ello, indicó que la forma en que diseñamos la generación de energía, el transporte y los edificios, así como diseñamos nuestras propias ciudades, será decisiva para encaminarnos hacia la consecución del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Necesitamos una revolución en la planificación y en la movilidad urbana: incluida una mejor eficiencia de combustible; vehículos de emisión cero; y cambios hacia caminar, andar en bicicleta, transporte público y desplazamientos más cortos. Las ciudades se beneficiarán más de la eliminación gradual del carbón: aire limpio; espacios verdes al aire libre y gente más sana”, dijo.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, dijo que se debe acelerar la acción urbana para un mundo libre de carbono, dado que la población urbana mundial ha aumentado vertiginosamente desde mediados del siglo XX.
De acuerdo con el Banco Mundial, entre 1950 y la actualidad, la población de ciudades de todo el mundo se ha cuadriplicado con más de 4.200 millones de personas que viven en entornos urbanos. Durante el mismo tiempo, la concentración de dióxido de carbono atmosférico, un indicador clave del calentamiento global, ha aumentado en más de un tercio casi en su totalidad debido a la actividad humana. Hoy en día, las ciudades representan alrededor del 75% del consumo energético mundial y son responsables de más del 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA) proyecta que la población mundial en las ciudades crecerá en 2.500 millones de personas en los próximos 30 años, lo que elevará la proporción de habitantes en áreas urbanas del 55 por ciento actual a casi el 70 por ciento en 2050. “La urbanización se está llevando a cabo más rápidamente en las regiones menos desarrolladas del mundo.
Actualmente, tres veces más habitantes urbanos viven en las regiones menos desarrolladas que en las regiones más desarrolladas, y el 90% de los nuevos residentes urbanos vivirán en África y Asia. La mayoría de las ciudades de África y Asia que albergarán a estas poblaciones, aún están por construirse, y el Foro Económico Mundial proyecta que dos tercios de las inversiones en infraestructura urbana en África necesarias para 2050 aún no se han realizado.
Para los especialistas internacionales, existe una ventana de oportunidad para dar forma a estas ciudades de una manera que se reduzca el consumo total de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Actualmente, tres veces más habitantes urbanos viven en las regiones menos desarrolladas que en las regiones más desarrolladas, y el 90% de los nuevos residentes urbanos vivirán en África y Asia. La mayoría de las ciudades de África y Asia que albergarán a estas poblaciones, aún están por construirse, y el Foro Económico Mundial proyecta que dos tercios de las inversiones en infraestructura urbana en África necesarias para 2050 aún no se han realizado.
El crecimiento de la población y la migración a las ciudades, en muchos casos causados por el estrés climático, crean desafíos en la prestación de servicios básicos, en particular a las poblaciones más vulnerables.
“Es necesario asegurar que las ciudades en crecimiento sean compactas y que la expansión se lleve a cabo de manera planificada para adaptarse al número creciente de residentes y reducir así su huella de carbono. Las ciudades compactas también hacen que la prestación de servicios básicos como la gestión de residuos, el transporte, la energía, el agua y el saneamiento, sean más eficientes en cuanto a recursos y económicamente viables”, señala.
La ONU y Habitat, promueven una estrategia que combina la planificación urbana compacta con la buena gobernanza y la prestación equitativa de servicios básicos bajo la línea de que evitar la expansión urbana también reduce el estrés en los ecosistemas, promueve una convivencia equilibrada entre los asentamientos humanos con la naturaleza, y contribuye a la prevención de enfermedades zoonóticas como el Covid-19.
Según estimaciones recientes, el impacto de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC por sus siglas en ingles) y que son el núcleo del Acuerdo de París, en el año 2100, la temperatura global aumentará 2,4 grados Celsius y provocará impactos potencialmente catastróficos en los asentamientos humanos y los ecosistemas.
Frente a ese escenario, actores urbanos, incluidas empresas, ciudades, regiones e instituciones financiera han cerrado filas para “tomar medidas rigurosas e inmediatas para reducir a la mitad las emisiones globales para 2030 y lograr un mundo sin emisiones de carbono más saludable y justo.
A través de la campaña global ‘Race to Zero’, se refuerzan los objetivos de la Climate Ambition Alliance, conformada por 120 países, 708 ciudades, 24 regiones, 2360 empresas, 163 grandes inversores y 624 instituciones de educación superior, han conformado la alianza más grande, comprometida a lograr emisiones netas de carbono cero para 2050 a más tardar, lo que representa casi una cuarta parte de las emisiones globales de dióxido de carbono y más de la mitad del PIB mundial.
Se ha estimado que las emisiones de GEI de las ciudades se pueden reducir en casi 90% para 2050 utilizando medidas de mitigación técnicamente viables y ampliamente disponibles. Esto significa que las acciones en la ciudad pueden reducir potencialmente las emisiones globales en más del 70 por ciento.
Maimunah Mohd Sharif dijo que la transición urbana puede ser una oportunidad para cambiar la forma en que se organizan las ciudades, dar un salto hacia una infraestructura más sostenible y cumplir con la transición verde. El 70 por ciento de toda la infraestructura que se espera para 2030 aún no se ha construido. Los responsables de la toma de decisiones deben darse cuenta de que tienen el poder de apoyar la resiliencia, la igualdad y el desarrollo con bajas emisiones de carbono mediante las decisiones que toman hoy. “Su indecisión o falta de convicción privará a las próximas generaciones de un mejor futuro. Realmente es así de simple”.
Agregó que los inversionistas y las empresas están desempeñando un papel central en la transición hacia una economía verde. Las inversiones centradas en factores ambientales, sociales y de gobernanza han aumentado recientemente. Las ciudades, en colaboración con los gobiernos nacionales, pueden atraer inversiones, por ejemplo, para redes de energía inteligente a través de políticas e incentivos para proyectos innovadores, como se ve en el proyecto SOLUTIONSplus que reúne a ciudades y emprendedores para desarrollar la movilidad eléctrica.