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Restauranteros resisten embate del COVID-19 con abandono federal
La industria restaurantera en México presenta varios frentes de batalla. Por un lado, las políticas de no apoyo del Gobierno Federal, la economía que afecta a los comensales, las empresas que operan a través de apps, y las medidas de distanciamiento que impiden tener mejor liquidez.
“Todos esos elementos hacen que se envíe un mensaje de temor al sector. Además de la crisis de salud, hay una crisis de miedo. Además, en la federación no hubo interés por ayudar al segmento. La frase del Presidente de ‘que quiebre quien debe de quebrar’ es muy desafortunada e injusta. Pero por otro lado le agradezco porque ya nos dejemos de cosas y sabemos a qué atenernos”, dice en entrevista con En Concreto, Francisco Fernández Alonso, Presidente Nacional de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac).
El líder del sector restaurantero en México señala uno a uno los retos que están enfrentando en la actual crisis por el COVID-19, que les pega de manera drástica, dijo en entrevista con Enrique Valades, Director Editorial de En Concreto.
“Este gremio está representado por más de 600 mil unidades económicas en todo el país y por más de 2 millones de personas que trabajan directamente, según el INEGI; aunque hubo un crecimiento de más de 600 mil personas de 2014 a 2018 que se incorporaron a esta actividad, por la pandemia, calculamos en 15% la pérdida de empleo y en unidades económicas, calculamos, son unos 300 mil empleos directos”.
Cierre de establecimientos
En cuanto a la cifra de restaurantes que no volverán a abrir sus puertas, dijo, “están como 90 mil los establecimientos que van a cerrar. Desgraciadamente los números pueden crecer, porque pasaron 100 días, ya abrimos y hoy los restaurantes están trabajando con ventas muy por debajo de lo que pasó el año pasado. Estamos hablando de que en promedio no pasan del 25% al 30% de sus ventas comparativas con el año pasado”.
Fernández Alonso destacó que en cuanto a los aforos, “en el Valle de México, los restaurantes tienen permitido abrir hasta 30% de ese aforo o hasta 40% si tienen espacios exteriores. Es complejo. Hay que proteger a toda la plantilla laboral, pero, ¿cómo mantenerla con un personal reducido? y además, tenemos un horario restringido. No hay música. No hay más de 4 personas por mesa. Además de los tapetes satinizantes, la careta, la toma de temperatura, hacer las preguntas de rigor y que no haya nada sobre la mesa, es difícil la situación”.
Protocolos pioneros en México
En cuanto a la instrumentación de las medidas higiénicas, dijo que Canirac presentó al Gobierno Federal un protocolo con la experiencia que se estaba presentando en Francia, Alemania, España y Estados Unidos, y lo adaptaron a la Norma Oficial Mexicana. “Ese protocolo que presentamos a las autoridades federales y la Secretaría de Salud y la de Turismo lo adoptaron como propio. Pero el protocolo lo hizo Canirac”.
En cuanto a los apoyos estatales, destacó que algunas entidades han sido más sensibles: “Durango proporcionó facilidades para implementar la comida para llevar; en Coahuila y en Sonora, nos ayudaron también. Aunque queríamos reducción de IVA como en otros países”, vieron que la medida podría malinterpretarse.
“Queríamos que se prorrogara el pago de la luz, por ejemplo. Estamos en un proceso que nos ha dañado severamente y aunado a eso, abrimos en medio de una situación en que los comensales ganan menos”.
Paliativos posibles
El representante de Canirac pidió al Gobierno Federal implementar políticas de deducibilidad bajo dos facetas, “la que tiene que ver con los gastos de los restaurantes en las empresas bajo un esquema acotado; y por otro lado, que sean deducibles los alimentos de los empleados que van a la calle. Si calculamos que alrededor de 15 millones de mexicanos tiene que comer afuera de sus casas.
“Pedimos a la autoridad que sea sensible con la industria restaurantera, pero también con los millones de mexicanos que comen fuera de sus casas para que les demos un apoyo y que lo hagamos a través de deducibles. La propuesta es que cada empleado pueda deducir hasta por 20 mil pesos por comida al año. Nos parece una posición muy sensata. Realmente con ello estaríamos ayudando a la gente menos favorecida. De eso se trata”.
En cuanto al incremento de envío de alimentos a través de diversas apps, señaló que “las plataformas digitales sí ayudaron, pero ya había restaurantes que tenían servicios a domicilio por motocicleta o bicicleta. Durante semanas fue la única forma de vender, pero de pronto aparecieron muchos medios de venta con un costo elevado que impactó a la utilidad del restaurante y lo que paga el cliente pagaba. Se tenía que añadir 30% lo del costo de la plataforma. Queríamos que la comisión fuera mejor para el proveedor del alimento”.
El líder del sector finalmente detalló que después de 100 días, ha sido una situación compleja para el sector ya que el consumo ha bajado drásticamente. “A finales de febrero nos entregaron un estudio, que fue elaborado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y según éste, durante la crisis de 2009 por la influenza, el Producto Interno Bruto del sector restaurantero retrocedió en 9.6%, por los días de cierre, pero ahora es más drástico, aunque desde enero ya estábamos tomando previsiones, no ha sido suficiente.