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Cómo impulsar un modelo de vivienda barata
Una de las preguntas que la mayoría de los mexicanos se hace es precisamente cómo adquirir una vivienda con su sueldo que, en la mayoría de las ocasiones no es muy elevado. O bien, son personas que trabajan, pero no cotizan.
Para responder a esta duda, se llevó a cabo la conferencia magistral: ¿Cómo la FIBRAVIT puede ayudar a solucionar problemas de la vivienda económica?, impartida por Armando Díaz Infante, integrante de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y secretario general de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
“Queremos presentar una alternativa para darle solucionar a esta vivienda (asequible), lo hemos estado trabajando durante años porque hemos visto varios fenómenos que van afectado el acceso a la vivienda, por lo general las plusvalías siempre son mayores que el incremento del salario”, destacó.
Para dar un contexto previo al anuncio de un proyecto de vivienda, el secretario general de la CMIC, dijo que, hoy en día, el acceso a una hipoteca se hace más difícil.
“Las condiciones para ello se han ido complicando, por ejemplo, las generaciones de estudiantes que están aquí (dirigiéndose a los alumnos de ingeniería presentes), no tendrán los mismos derechos de pensión que tenemos las personas de mi edad.
“Entonces desde ahorita tienen que ir previendo como llegar a la tercera edad, teniendo ya resulto el problema de la vivienda y cuando tengan 60 años o más, no tengan que estar desembolsando de sus ingresos para pagar una hipoteca o renta”.
Y en ese ir y venir, reveló que en la CMIC han creado un modelo de arrendamiento financiero de vivienda designado FIBRAVIT, un fideicomiso de inversión en bienes raíces de vivienda incluyente para los trabajadores.
Esto es que, ante el panorama actual de vivienda, existe la propuesta de crear un fideicomiso de inversión público-privado, a fin de administrar y disponer de vivienda en renta económica para trabajadores de menores ingresos, ante el encarecimiento causado por la gentrificación y la caída en la construcción de vivienda social asequible.
Y sólo para dar un dato numérico de cómo han cambiado las condiciones de la vivienda, dio a conocer las siguientes cifras:
De acuerdo con el Inegi, de 1995 a 2020, la población creció de 94 a 126 millones de habitantes.
“En estos 25 años es un crecimiento de 1.3% anual, sin embargo, la vivienda presentó un fenómeno distinto en estos 25 años donde pasamos de 15.8 unidades de vivienda a 35 millones 219 mil”.
Según sus estimaciones, hubo fenómenos sociodemográficos que hacen que siga habiendo un rezago de 8.5 millones de viviendas, ¿cuáles son?: cambio la composición de los hogares, reducción de la mitad del número de habitantes por vivienda, cambio la estructura familiar, que ahora la gente vive sola y que muchas veces, cuando se llega a la tercera edad y se busca estar en condiciones distintas, esto ha genera la disparidad.
“Buscamos una solución para todos, si están cotizando o no, pero que esos trabajadores podrían tener la capacidad para pagar una vivienda; personas como aquellos profesionistas, médicos, gente del sector gastronómico, los que manejan un Uber. Tienen un ingreso estable pero no cotizan; buscamos una solución para los trabajadores en general”.
El directivo de la CMIC resumió que la idea es cambiar el modelo de asequibilidad de vivienda para jóvenes y trabajadores de menores ingresos.