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Autoconstrucción requiere supervisión de profesionales
Por Julián Sánchez
Mujeres líderes en vivienda coincidieron en que la construcción más cara del país es la autoconstrucción, por lo que no basta con una tarjeta con apoyos federales como puede edificarse un cuarto o una casa, sino que es fundamental un proyecto supervisado por los profesionales.
En la XX Reunión Nacional de la Asociación Nacional de Compañías de Supervisión, Bertha Lorena Mercado, directora de Valuación de HTL; Jaqueline Villaseñor, coordinadora general de CONVIVES; Norma Edith Lozada, consejera de ANCSAC y Mariel Zúñiga, directora de Grupo En Concreto, coincidieron en la suma de esfuerzos de todos los involucrados que están capacitados para trabajar con las instancias de gobierno en beneficio de la población.
Bertha Lorena Mercado puntualizó que como profesional de la construcción afirma que “no somos intermediarios, somos los que hacemos la vivienda. Si lo perdemos de vista, vamos a entrar en un caos de reconstrucción en 10 años, debido a todas las cosas que se hicieron con el maestro de obra, por lo que la autoconstrucción es la construcción más cara y representa un porcentaje altísimo para generar una mala vivienda”.
La especialista consideró que no hay que bajar la cabeza y asumir que es una verdad dada el hecho de que ahora se les va a proporcionar una tarjeta a los trabajadores y con eso va a aparecer una vivienda.
Conozco la dificultad de levantar aunque sea un cuarto, o hacer una ampliación. Entonces debemos trabajar día a día durante 2021 en conferencias remotas, sensibilizando a las autoridades de la importancia de que cada peso que se gaste en vivienda tenga detrás a un profesional, convencerlos de que no vamos a robar, sino cimentar las grandes sociedades del futuro.
Por eso, en este año cero debemos ir hacia adelante y fortalecernos todos como gremio, como asociaciones para no perder de vista el nicho de oportunidades que tenemos que trabajar con el gobierno, pero de manera profesional”, insistió.
Jaqueline Villaseñor, coordinadora general de CONVIVES y presidenta de MULIV, alertó sobre el cuidado que se debe tener en materia de autoconstrucción de vivienda social, puesto que al ser esto “la constructora México”, la más grande que puede haber; se requiere de la participación de especialistas que son certificados y que cumplen diversos requisitos que, en su caso, les solicita el Infonavit.
“Las constructoras deben registrarse y pasar una serie de lineamientos que pone el Instituto para ser parte de ese padrón, como un tipo de certificación y quizá no todas cumplirán los requisitos, pero ahí si hay que hacer una labor importante, porque edificar una vivienda sin la participación de especialistas, además de salir más cara, hay familias que tardan 15 años. Es claro que vemos tantas casas a medio construir”, subrayó.
Planteó el fortalecimiento de esta parte a través de una alianza con el gobierno y todas las asociaciones de profesionales como ANCSAC, o las de vivienda social.
“No hay que hacer lo que caiga o lo que se pueda, por lo que ahorita es el momento de concretar esas alianzas para el próximo año, el 2022 y el 2023. Apliquemos todo lo que hemos aprendido en estos nueve meses de pandemia y en el tema de autoconstrucción hay mucho que hacer, y si sabemos armar bien el rompecabezas o mover bien las piezas del ajedrez serán buenos años para nosotros”, consideró.
Norma Edith Lozada, consejera de ANCSAC subrayó la necesidad de que en este marco a todas las empresas de esa asociación se inscriban en un padrón para fortalecer el servicio de calidad.
Insistió en que en el tema de autoconstrucción se requiere de un proyecto, “porque dicen autoconstrucción y llamamos al señor albañil, no estamos peleados con ellos, son muy buenos, pero se necesita al menos un proyecto que se lleve a cabo con vigilancia, que se chequen los avances, que sean constantes y se supervise que todo se hace con calidad”.
Mariel Zúñiga puntualizó que “es importante que la constructora pueblo sí tenga a los asesores y supervisores desde la compra de los materiales.
Dijo actualmente se sustituye con la autoconstrucción a la caída que se ha dado en la producción de vivienda social y económica de menos de 400 mil pesos, que se profundizó en particular en esta administración, con la eliminación de los subsidios. Si bien esa actividad que se deja a los ciudadanos es un nicho de oportunidad, sí requiere de toda una supervisión, agregó.
Por otro lado, como directora fundadora de MULIV, dijo que ante la tragedia que viven habitantes de Tabasco por las inundaciones, es tiempo de sumar, por lo que hizo un llamado a que se apoye a los ciudadanos afectados por las lluvias, ya que aún hace falta productos básicos como agua, medicamentos y también ropa, ante lo cual podrán contactarse para cualquier donación a través de las redes de MULIV.