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Ciclovías deben ser permanentes y mejores
Por los grandes beneficios que aportan más allá del tema de movilidad, las ciclovías emergentes implementadas en la Ciudad de México como una medida temporal para facilitar el cumplimiento de la sana distancia durante la pandemia por COVID-19, deben convertirse en permanentes para ser parte de la nueva normalidad y contar con la infraestructura necesaria que permita la convivencia de las personas usuarias de la vía sin comprometer la seguridad de los sectores más vulnerables (ciclistas y peatones), exigieron organizaciones de la sociedad civil, integrantes de la Coalición Cero Emisiones.
El incremento de la demanda ciudadana evidencia la utilidad de este tipo de infraestructura y los datos que presenta el documento “La Ciclovía Insurgentes: un análisis social para su permanencia” (1), muestran de manera irrefutable la necesidad de generar acciones y alternativas de movilidad sustentable como parte de una agenda integral de sostenibilidad para la Ciudad de México.
Tras realizar un estudio detallado de los aforos y comportamientos en torno a la ciclovía de avenida Insurgentes a lo largo de 20 kilómetros en ambas direcciones, se registró un incremento de uso de hasta el 42% (2) pasando de 17 mil 838 a 25 mil 397 conteos acumulados en un día, de junio a agosto, de los cuales el 16% de los viajes es realizado por mujeres.
Los resultados finales reportaron que cada 15 minutos sobre la ciclovía de Avenida Insurgentes operan 397 personas en viajes más sustentables. Asimismo, se detectó que la ciclovía sirve a todo tipo de transporte no motorizado, encontrando no solo ciclistas, sino también personas en otros tipos de vehículos amigables con el medio ambiente: 95% de las y los usuarios de la ciclovía realizaba su desplazamiento en bicicleta, 2% en monopatines (monopatín, patines, patineta); 3% empujaban o jalaban algún vehículo como diablitos, carritos con baleros, entre otros; y finalmente el 0.02% utilizaba silla de ruedas.
Además de estos datos, un grupo de especialistas en movilidad sustentable, salud, equidad de género, política climática, seguridad y justicia vial, comparten en el documento su visión del porqué las ciclovías emergentes de la CDMX, como la de Avenida Insurgentes, deben ser una política permanente de ciudades modernas.
“Lo que estamos viendo es que además de reducir los riesgos de contagio por COVID-19, incentivar la operatividad de la ciclovía sobre Avenida Insurgentes y otras, mediante su permanencia, genera mejores condiciones de equidad social y ayuda a enfrentar los impactos ambientales, por ejemplo, el uso de la ciclovía de Insurgentes puede representar la mitigación de 6.4 toneladas de CO2 por kilómetro recorrido al día (3), además de tener un potencial importante para mejorar la salud de la ciudadanía”, señaló Víctor Alvarado, coordinador de la campaña de Movilidad y Cambio Climático de El Poder del Consumidor.
“La pandemia por COVID-19 nos ha señalado la importancia de promover los esquemas de movilidad alternativos con la finalidad de prevenir el contagio colectivo o las condiciones que pudieran ser riesgosas, así como la adaptación de la “nueva normalidad”, con el objetivo de disminuir el estrés o la incertidumbre generada por el riesgo de contraer la enfermedad, indicó Cristina Heliane, Consultora de Asuntos Públicos y Salud Pública.
Al respecto, abundó Heliane, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó la relevancia de que los gobiernos nacionales y locales implementen medidas que permitan la adaptación de la población a las nuevas formas de convivencia, por lo tanto, se deben
Sandra Laso, líder del proyecto de Ciudades sustentables de Greenpeace México, resaltó el derecho de las mujeres a ser parte de un modelo de movilidad incluyente.
Para garantizar el acceso equitativo de las mujeres a la movilidad ciclista, es necesario incorporar políticas que promuevan el uso de la bicicleta en un plan de recuperación del espacio público, incrementando con ello la percepción de seguridad del entorno con ciclovías segregadas con elementos físicos de confinamientos, promover la intermodalidad, incluir a quienes viajan con ellas, como niñas y niños y facilitar la accesibilidad a lugares de destino con un patrón de desarrollo urbano conectado.
Por otra parte, a nivel internacional, las agendas globales plantean una serie de directrices para avanzar hacia el desarrollo desde diferentes aristas más humanas y amigables con las personas y el planeta, y a su vez ofrecen una hoja de ruta para la recuperación post pandemia desde una perspectiva económica, política y social.