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Banxico baja su tasa de referencia a 4.5%
La Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) determinó disminuir en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 4.5%, con efectos a partir del 14 de agosto de 2020. Loa anterior considerando los riesgos para la inflación, la actividad económica y los mercados financieros que plantean retos importantes para la política monetaria y la economía en general.
En un comunicado de prensa se indica que la decisión fue por mayoría y que hacia adelante el espacio disponible dependerá de la evolución de los factores que inciden sobre las perspectivas de inflación y sus expectativas, incluyendo los efectos que en ambas pudiera tener la pandemia.
También manifiesta que la Junta de Gobierno tomará las acciones que se requieran con base en la información adicional y considerando la fuerte afectación a la actividad productiva, así como la evolución del choque financiero que se enfrenta, de tal manera que la tasa de referencia sea congruente con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta del Banco de México en el plazo en el que opera la política monetaria.
De acuerdo con el instituto central, los retos derivados de la pandemia de coronavirus para la política monetaria incluyen tanto la importante afectación a la actividad económica como un choque financiero y sus efectos en la inflación. Si bien los recientes aumentos en las inflaciones general y subyacente impactan sus trayectorias previstas en el corto plazo, en el horizonte de pronóstico de 12 a 24 meses se prevé que ambas se ubiquen alrededor de 3%.
Sin embargo, destacan que dichas previsiones están sujetas a riesgos considerables. A la baja: i) un efecto mayor al previsto de la ampliación de la brecha negativa del producto; ii) menores presiones inflacionarias a nivel global; y iii) que las medidas de distanciamiento reduzcan la demanda de ciertos servicios.
Al alza: i) episodios adicionales de depreciación del tipo de cambio; ii) mayor persistencia en la inflación subyacente; y iii) problemas logísticos y de suministro de algunos bienes y servicios y mayores costos asociados a la adopción de medidas sanitarias. En este contexto, el balance de riesgos para la inflación se mantiene incierto.
De acuerdo con Banxico, la información disponible indica que la economía global, tras las fuertes caídas registradas en marzo y abril, comenzó a mostrar una cierta mejoría en mayo y junio. Organismos multilaterales y analistas anticipan una fuerte contracción en este año y un crecimiento moderado en el próximo, aunque dichas previsiones están sujetas a un alto grado de incertidumbre.
Asimismo, diversos países han anunciado medidas de estímulo fiscal adicionales para atenuar los efectos adversos en el empleo y en los ingresos de hogares y empresas. La inflación general y la subyacente en las economías avanzadas se ubican por debajo de los objetivos de sus respectivos bancos centrales. En este contexto, las autoridades monetarias han mantenido las tasas de interés en niveles históricamente bajos y han continuado utilizando su balance para propiciar un funcionamiento ordenado de los mercados financieros.
En México, el peso cotizó en un rango acotado con algunos episodios de volatilidad. A su vez, las tasas de interés de los valores gubernamentales presentaron disminuciones a lo largo de la curva de rendimientos.
La información oportuna indica que la actividad económica en México tuvo una profunda contracción durante el segundo trimestre del año, al acentuarse notoriamente las afectaciones derivadas de la pandemia.
Diversos indicadores señalan que en junio se observó una recuperación a partir de niveles bajos de actividad, en respuesta a la reapertura de algunos sectores, al relajamiento de las restricciones a la movilidad y a cierta recuperación de la demanda externa, si bien se mantiene un entorno de incertidumbre.
Por ello, se prevén mayores condiciones de holgura en el horizonte en el que opera la política monetaria y persisten importantes riesgos a la baja.