CONSTRUCCIÓN
Arquitectas buscan equidad, viviendas seguras y sustentables
Sociedades más seguras, resilientes y sustentables y una mayor inclusión de las mujeres en la industria de la construcción, demandan mujeres arquitectas urbanistas. Subrayan que la brecha salarial en el sector, en relación con los hombres, es del 22 al 33% por lo que llaman acelerar el paso con miras a una real igualdad.
En el marco de la mesa de diálogo “Todas Construyendo Ciudades”, organizado por el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM-SAM), por el recién celebrado Día Internacional de la Mujer, las arquitectas y maestras especialistas en el ramo, unieron sus voces para que el país y su construcción sea cada vez más sustentable y con mejores condiciones.
Adriana Valdez Krieg indicó que en la participación social y ciudadana, las mujeres pueden tener un papel fundamental con la visión de la valuación para así impulsar el trabajo y buscar soluciones para la ciudad.
“Seguimos trabajando, es un reto, pero logramos ya establecer trabajo conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México, con Infonavit, la tesorería, Indaabin, Fovissste, para impulsar el uso de las eco tecnologías dándoles valor dentro de lo que es la valuación. Las mujeres y los hombres participamos en toda la economía de la capital y si no hay recursos, tampoco hay proyectos de espacio público e infraestructura, y haciendo avalúos fiscales podemos aportar mucho”, indicó.
Dijo que las ciudades valen por su resiliencia, seguridad, inclusión, espacios seguros y si no existen esos elementos, los centros urbanos pierden el valor para sus habitantes, los precios de los mercados inmobiliarios se contraen por lo que llamó a trabajar en equipo a todos quienes integran el sector.
Por su parte, la arquitecta, Ana Itzel López Santacruz, indicó que las mujeres que ya son parte de su profesión, están fungiendo como detonadores o articuladores de iniciativas; sin embargo, continúa el rezago en la participación del sexo femenino.
“En la Federación de Colegios de Arquitectos de la República que se constituye por 78 colegios, ya hay más participación, 17 arquitectas presiden esos colegios, sigue siendo un número muy bajo, el 21% llegan a presidir un colegio; fue hasta 1976 donde la primera arquitecta tuvo un cargo en México. En el Colegio de Arquitectos hasta 2018 tuvimos una presidenta, se ha avanzado para visibilizar el trabajo, pero las estadísticas no mienten”, dijo.
Subrayó que si bien en la Federación se ha consolidado una Comisión Nacional de Arquitectas, poco a poco cumplen con las metas pero el objetivo es que un día no tenga que existir, que no sea necesaria y se logre una equidad pero hay colegios que no tienen representantes porque no lo consideran importante y a las arquitectas no les interesa participar, prueba de ello en el CAM, solo case 17% son mujeres por lo que otro reto será integrar a las nuevas generaciones.
Sheila Espinosa Cortes mencionó que mujeres y hombres deben trabajar en conjunto y debemos tener claro que este regreso a las actividades, ya no es lo mismo que en 2019, se deben aprovechar los espacios públicos para tomar clases, desarrollar y enseñar e irnos adaptando a lo que exige la actualidad, atendiendo las necesidades de la población.
Bertha Lorena Mercado, presidenta de la Asociación de Mujeres Líderes en la Vivienda, se refirió a la evolución del crédito hipotecario en las viviendas y reveló que de 2015 a 2021, la economía de las mujeres avanza en buena posición en los temas de créditos.
“Las mujeres son muy cumplidoras para pagar, tienen la certeza de que el patrimonio más valioso que pueden tener es una casa han decidido que ya no quieren comprar la casa cuando se divorcian y les toque 50-50 y ahora han ido por créditos hipotecarios. Tenemos un panorama de 2015 donde la composición del crédito hipotecario, 37% lo tomaban las mujeres y el 57 los hombres; en 2021, el 57% de los hombres y 43 % lo tomaban las mujeres, estamos viendo entonces una equidad en la adquisición de crédito”, mencionó.
Esto añadió, se debe a políticas tanto de los instrumentos financieros que ya reconocen a las mujeres, las cuales fueron las más afectadas con la pandemia al tener que asumir varios papeles en el hogar y nuevas responsabilidades que llevaron a apoyar a las que habían perdido el empleo y al mismo tiempo habían pedido un crédito hipotecario y se buscó como apoyarlas.