Columna En Concreto
Salir o no salir… he ahí el dilema Joel Hernández Santiago
La señal presidencial es la de salir desde el 1° de junio; gastar, mover la economía ya devastada desde el año pasado, según informó el INEGI con una caída en 2019 del PIB de -0.01 por ciento…
… Salir aunque la pandemia por Covid-19 en el país esté en foco rojo y que esto signifique contagios crecientes casi imparables -ya más de 80 mil- y fallecimientos en aumento (400 a 500 por día)… pero salir “con todas las precauciones de salud”, se advierte; hay que salir dice el gobierno federal. Luces de colores nos deslumbran a los mexicanos y no sabemos a cuál seguir bien a bien…
Se argumenta que esta salida del 1° de junio, es porque concluyó la “Jornada de Sana Distancia” establecida por el gobierno federal el 23 de marzo pasado, y por tanto reanudarán sus actividades empresas estratégicas necesarias y negocios indispensables.
Lo novedoso está en que para muchos el término de esa “Sana distancia”, y comienzo de la “Nueva normalidad”, significa el fin del confinamiento en el hogar y la recuperación de actividades que no pongan en riesgo la salud…
Miles de mexicanos se anticiparon y desde el 11 de mayo, al anuncio presidencial de que ya estaba próximo el cambio hacia la holgura, miles salieron a las calles dando por hecho que todo había pasado ya… El incremento de contagios y muertes vino después.
Se sabe con certeza que por ahora la única solución frente a una pandemia invasora que amenaza la vida de millones de mexicanos es la del aislamiento, la de “mantente en casa”, la de “paciencia-paciencia”… Lo dice la Organización Mundial de la Salud y países que han pasado por este trance…
Pero el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell tiene que obedecer y asumir que aunque sigamos en “rojo” la gente deberá moverse y salir. Dice un día antes que pronto ese “rojo” habrá de cambiar. Y lo hará cambiar. Como si al sólo anuncio de cambio de color en el semáforo terminara la gravedad de la situación para miles. Ya hemos visto cuántos errores y contradicciones ha tenido el doctor a quien le entregaron el gran problema para su solución.
Es cierto que muchos tienen que salir a trabajar; que muchos dependen del día a día para nutrir la despensa y los servicios necesarios para la familia. Tienen que salir doctores, las enfermeras, los apoyos de salud: tan necesarios todos, como también es el caso de los reporteros que tienen que hacer su trabajo para informar. A pesar del terror al contagio, muchos necesitan estar fuera porque su vida y la de su familia están primero…
Pero a la insistencia del Presidente subyace el problema económico y las elecciones del 21.
Dada la crisis económica de hoy, ya se vislumbra una etapa de precariedad para millones; quiebre de empresas pequeñas y medianas, desempleo para miles, desabasto y mucha confrontación política y social. Así que, a un problema generado por malas políticas públicas de tipo económico, se tiene que encontrar solución, y esta solución es eso: que salga la gente a consumir; que mueva la economía… y para mover lo electoral.
El presidente de la República sale a hacer campaña porque el año que entra serán las elecciones intermedias, y será cuando se conozca la aprobación o desaprobación de su gobierno y su partido político: Morena. Hoy se sabe -ellos lo saben-, su condición es de caída en las preferencias. El presidente pasó de 75% de aceptación en enero a apenas 49% en mayo y Morena, como partido, oscila en la confrontación interna y en la desconfianza.
Pero ahí afuera está el peligro, y esto lo sabe el gobierno de la 4-T y lo sabe, sobre todo, el sub secretario de Salud, Hugo López-Gatell que cada día, a modo de sadismo extremo, nos anuncia malas y malas y malas noticias: nunca una solución, nunca una estrategia fehaciente, nunca una nota de apoyo: simple y sencillamente anuncia lo que ocurre… y lo que ocurre y que parece imparable es el estado dramático de la situación de miles de mexicanos que aterrorizados se encuentran en condición extremadamente dolorosa.
Sus señales son contradictorias, muchas veces con ausencia de sustento real, como tiempos y lapsos y contagios y defunciones. Casi nada ha sido como nos han dicho y, por lo mismo, hay desconfianza ya. Dejar en manos de esta sola persona y su equipo una situación de esta magnitud fue una irresponsabilidad de gobierno…
… Porque la pandemia y su gravedad merecían el apoyo de toda la inteligencia mexicana puesta a disposición de encontrar respuestas que mitigaran la tragedia, que la hicieran menor, que no alcanzara tanto dolor y llanto. Merecía una coordinación científica incluyente y rigurosa: No política, como hoy ocurre.
Los mexicanos que no tengan que salir al exterior de sus casas no lo hagan aun. Que consigan así su seguridad y la de su familia y su entorno. Y cuando todo esto haya pasado, si, que salgan “para mover la economía”. Si. Pero será cuando esto no cueste vidas humanas, dolor, llanto.
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