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FINANZAS

Crece crédito por confianza consumidores y actividades terciarias

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Durante febrero de 2023, el saldo nominal de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero (SPNF) creció 12.8por ciento anual, cifra similar a la registrada desde noviembre de 2022. No obstante, en términos reales (filtrando el efecto inflacionario), dicho aumento equivale a 4.8 por ciento, mayor al observado en el mes de enero y el mayor crecimiento real desde mayo de 2020. Asimismo, el crecimiento real registró una aceleración en todas las carteras que conforman a este tipo de financiamiento, incluso en la actual coyuntura de mayores tasas de interés, lo cual podría explicarse parcialmente por una mayor confianza de los consumidores, así como por el mejor desempeño de las actividades terciarias, en el caso de crédito a empresas, señalan Gerónimo Ugarte Bedwell, Iván Martínez Urquijo y Mariana Torán, analistas de BBVA Research.

En su Reporte Mensual de Banca y Sistema Financiero, detallan que los crecimientos nominales anuales fueron: consumo, 18.0 por ciento (9.6 por ciento real); vivienda, 11.8 por ciento (3.9 por ciento real); y empresas, 11.2 por ciento (3.3 por ciento real). En febrero de 2023, las contribuciones al crecimiento de 12.8 puntos porcentuales (pp) del crédito bancario al SPNF fueron (en orden descendente): empresas, 6.2 pp; consumo, 3.9 pp; y vivienda, 2.7 pp.

En el caso de la cartera de vivienda, la única que no ha presentado contracciones desde febrero de 2020, la cartera vigente se encuentra 11.9 por ciento por encima del nivel de febrero de 2020, como resultado de una recomposición de los saldos hacia el segmento de vivienda media-residencial, que registra un aumento de 15.3 por ciento real, respecto su nivel prepandemia, esto en detrimento del crédito para vivienda de interés social, cuyos saldos en febrero de 2023 son 35.6 por ciento menores a los que el segmento registraba en febrero de 2020.

En cuanto el desempeño de crédito vigente al consumo destaca que su crecimiento en febrero se apoyó principalmente en el segmento de tarjetas de crédito, cuyos saldos vigentes registraron una variación nominal anual de 22.7 por ciento (14.0 por ciento real), lo cual refleja una persistencia en la aceleración que el segmento ha mostrado en los últimos meses. Por su parte, los saldos vigentes para la adquisición de bienes de consumo duradero crecieron 12.8 por ciento nominal anual (4.8 por ciento real), con el crédito automotriz aportando 10.0 pp a dicho aumento y la adquisición de bienes muebles, 2.8 pp.

Respecto a los créditos de nómina y personales, los saldos nominales vigentes aumentaron 17.5 y 13.9 por ciento (9.2 y 5.8 por ciento en términos reales), respectivamente. En el caso de los créditos personales, dicha variación constituye una desaceleración respecto al mes inmediato anterior (MIA), mientras que el dinamismo de los créditos de nómina aumentó durante febrero, en línea con la aceleración del salario real.

Por su parte, e l crédito empresarial vigente, durante el segundo mes de 2023 registró una dinámica heterogénea, con sectores como el de generación, transmisión, distribución y comercialización de electricidad, agua y gas natural creciendo 172.8 por ciento en términos reales y la construcción regresando terreno positivo en términos reales anuales, con un crecimiento de 0.2 por ciento. Por su parte, tanto en el sector agropecuario, como en las manufacturas los saldos reales registraron una desaceleración, con tasas de crecimiento de 1.1 y 2.1 por ciento (2.3 y 4.7por ciento en el MIA), respectivamente.

Sobre la morosidad del crédito al SPNF, los analistas manifiestan que ha disminuido en el margen al ubicarse en 2.38 por ciento en febrero de 2023 (vs 2.40 por ciento en el MIA y 2.90 por ciento en febrero de 2022); sin embargo, hay señales de deterioro en algunos segmentos.

En el caso del crédito al consumo, la morosidad en febrero de 2023 fue de 2.96 por ciento, ligeramente menor al 2.97 por ciento registrado en enero, aunque con aumentos en los segmentos de tarjetas de crédito y créditos personales.

En el caso de la cartera de vivienda, el índice de morosidad (IMOR) fue de 2.53 por ciento (2.56 por ciento en el MIA), continuando la tendencia de deterioro en el segmento de vivienda de interés social y, pero con una mejoría en el caso de la vivienda media-residencial. Respecto al IMOR del financiamiento empresarial, el indicador registró 2.08 por ciento en febrero de 2023 (2.10 por ciento en el MIA).

También señalan que, en febrero de 2023, el saldo de la captación bancaria tradicional (vista + plazo) registró una contracción anual de -1.4 por ciento al descontar el efecto de la inflación (equivalente a un crecimiento nominal de 6.1 por ciento), acentuando la desaceleración que se había registrado en enero, cuando la reducción en términos reales en el saldo fue de 0.1 por ciento

Al igual que en el mes previo, la caída observada en febrero refleja en parte el efecto contable asociado a la apreciación del tipo de cambio, que afecta a la baja la valuación en pesos de los saldos denominados en moneda extranjera. Los depósitos a plazo continúan siendo el componente más dinámico de la captación, contribuyendo con 1.7 pp a la variación real anual observada, mientras que los depósitos a la vista restaron -3.1 pp a dicho dinamismo.

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