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Bodas virtuales, esperanza ante COVID-19 ¿en qué consisten?
Según un estudio, la industria nupcial en México tiene un valor anual superior a los 100,000 millones de pesos, (equivalentes a 5,000 millones de dólares) por lo que reanudar actividades en este segmento debe hacerse de forma responsable para una recuperación del sector, dijo Nina Pérez, Directora General del portal Bodas.com.mx.
A prácticamente cuatro meses de la pandemia, para una boda será habitual usar cubrebocas, filtros sanitarios, tapetes sanitizantes y estaciones de gel para desinfección de calzado y manos, sin embargo también hay otras familias que han resentido el golpe económico.
El COVID 19 a la industria de las bodas le ha dado con tubo y ante ello, se hemos tenido que implementar diversas estrategias. “Nosotros, en Gallo Media, que iniciamos desde 2014 haciendo videos de bodas, nos iba bien. Teníamos más o menos 45 bodas al año y este año íbamos a romper el récord, pero llegó la pandemia, reagendamos las fechas, pero muchos novios cancelaron sus eventos y eso fue un shock emocional, e incluso las parejas tronaron”.
Segmento de oportunidad
En entrevista con Hugo Loya y Enrique Valades, Columnista y Director Editorial, respectivamente en Grupo En Concreto, el emprendedor Jerónimo Gallo, CEO y fundador de Gallo Media y CoFundador de #Valdelago dice que prácticamente sobre la marcha iniciaron con un nuevo segmento: las bodas virtuales.
“Ahora, en Gallo Media, lo que estamos haciendo es transmitir bodas en vivo a través de YouTube y Facebook, a tres y cuatro cámaras con celulares con 4K para que los invitados a la boda puedan asistir al evento a través de su computadora. No es lo mismo, pero es una opción para que los novios sean acompañados por toda su familia y amigos”.
Señaló que para esta nueva dinámica, fue un poco “aprender rápido para hacerlo; ahora llevamos cinco bodas que son bien chiquitas, en las que intervienen unas 20 personas como máximo, con papás y hermanos o los que conforman la familia nuclear y el círculo de el novio y la novia, y lo grabamos en la iglesia”.
Para ello, afirma, han tenido que sortear diversos obstáculos, como contar con una conexión de Internet ‘buena’ o ver cómo hacerle para que la transmisión no se caiga y para que desde una iglesia o un convento se grabe la boda. “Para ello compramos el módem, pero le tienes que meter dinero, como implica el reto de la tecnología y seguir adelante”.
“Dio en la torre”
Destacó que debido a la crisis, tuvo que darle las gracias a cinco de sus colaboradores, pero ha sabido de gente que realiza banquetes, que son weedding planers, o DJs, a los cuales las crisis “les dio en la torre”.
“Nosotros teníamos contratos con novios que ya habían pagado la mitad y me aventé, puse en pausa a Instagram para poder tener más eventos, y mis clientes han ido saliendo porque le gustó a un amigo de la novia y como que es se va corriendo de voz en voz”, destacó,
Destacó que no cree que las bodas como antes se tenían planeadas sean como antes. “A los mexicanos que son muy aventados, y que echaban la casa por la ventana con bodas de 500 personas o de mil, ya va a tener que cambiar su idea”.
Riesgo latente
El joven emprendedor afirma que para cuidar la parte económica, y no endeudarse, hay que añadirle el riesgo por la convivencia: “Tenemos que cuidarnos por el contagiadero; aunque ya salió la vacuna, hasta que ésta llegue a nosotros y no cause secuelas, falta mucho tiempo, calculo que este segmento estará afectado, por lo menos, hasta el año 2022”.
El joven emprendedor destacó que por ejemplo, en San Miguel de Allende antes se hacían hasta 50 bodas al día, pero ahora ese negocio se puede perder, ya que venían los novios desde Estados Unidos y cotizaban los hoteles y los eventos en dólares, pero actualmente las bodas ya se hacen en las casas con comidas familiares e íntimas.
“Nosotros en el equipo incluso nos cuidamos más que los propios invitados, pero la gente tiene que pensar que sí es un riesgo, porque si nos contagiamos, nos dejan sin chamba un mes. Eso si te va bien. Yo tengo gastos de servicios médicos mayores, ¿pero cuanta gente en una boda no tiene IMSS y le pueden dar en la torre?”.