CONSTRUCCIÓN
Se agudizará caída del sector construcción por COVID-19
El sector construcción ha mostrado una tendencia negativa en los últimos años, la cual será más drástica en los próximos meses, derivada de las medidas adoptadas para contener la pandemia del coronavirus Covid-19 en el país, lo que generará una pérdida de empleos y cierre de empresas, sobre todo Pymes, que deberán reconsiderar la ejecución de proyectos, además de seguir una estrategia financiera que cuide el efectivo y el nivel de apalancamiento. De acuerdo con los indicadores de empresas constructoras de enero pasado, el valor de la producción fue de 26,902 millones de pesos, su nivel mínimo desde enero de 2006 y que significó una caída anual del 15.9%.
Por sectores, la construcción de obras de ingeniería civil disminuyó 19.8%, los trabajos especializados para la construcción 17.5% y el valor de la edificación el 12.2%. Por su parte el personal ocupado al mes de enero de 2020 disminuyó 9.9%, las horas trabajadas el 10.9%, pero con un aumento del 6.3% en las remuneraciones. Alejandra Vargas, analista del sector industrial de Grupo Financiero Bx+, señaló en plática con Grupo en Concreto, que la industria de la construcción e Infraestructura venía de un 2019 complicado, derivado de la poca inversión, tanto privada como pública, estimándose que con la aprobación del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el anuncio del acuerdo de infraestructura, se esperaba una mejor percepción de confianza y con ello un mejor desempeño de los mismos en 2020.
Sin embargo, como consecuencia de las medidas adoptadas para frenar la pandemia del Covid-19, se espera que el gobierno cuente con menos recursos para la inversión de capital, ya que tendrá menos ingresos y destinará recursos para hacer frente a la situación sanitaria, no obstante que recientemente señaló que mantendrán obras que considera prioritarias. “La confianza empresarial se verá afectada por un creciente entorno de incertidumbre y debilidad en las expectativas de crecimiento económico; por lo tanto, veríamos retrasos en proyectos, y una caída de la inversión. Así mismo, hay que tomar en cuenta que este tipo de industrias tienen costos fijos muy altos, por lo que los paros temporales afectarán su flujo de efectivo.
El mayor impacto se podría ver registrado en las Pymes, ya que verían complicado seguir pagando a sus empleados sin contar con ingresos” explicó Vargas. George Cherian, Global Head Infrastructure and Project Finance en la calificadora Fitch Ratings señala en su documento “Fitch revisa la vulnerabilidad al coronavirus de los Emisores de Infraestructura” que la pandemia representa un desafío significativo para la economía global y, por lo tanto, para el desempeño de las transacciones en el sector de infraestructura y financiamiento de proyectos. “Los impactos del coronavirus, aunque siguen evolucionando, crean riesgos que van mucho más allá de lo que se ha experimentado a lo largo de muchas décadas en el sector de infraestructura y financiamiento de proyectos.
Si bien la Crisis Financiera Global proporciona un punto de referencia y demostró la estabilidad de los activos esenciales de infraestructura (empresas y proyectos), el rápido cierre de las principales economías mundiales que se está experimentando ahora crea el potencial para que el impacto económico a corto plazo sea materialmente mayor y genera incertidumbre sobre los futuros efectos colaterales que pudieran surgir en relación con los acuerdos contractuales y la naturaleza de la recuperación”, detalla Cherian.
El especialista señala los probables efectos en el sector de construcción: Retrasos en obras de construcción: Los proyectos en construcción pueden tener impactos logísticos por la escasez de mano de obra y materiales, y problemas de interfaz impredecibles que causan demoras y aumentos de costos. Desempeño operativo bajo: Si bien las operaciones típicamente no serían una preocupación sistémica para sus calificaciones de infraestructura y financiamiento de proyectos, el coronavirus puede afectar el desempeño de los activos si las operaciones se ven afectadas por la escasez de mano de obra y material, aunque esto solo debería ser una preocupación a corto plazo. Los retrasos en las actividades de mantenimiento programado tampoco deberían ser una preocupación importante en la mayoría de los casos, siempre que estos no sean prolongados.
Alik García, analista de Intercam Banco, manifestó en entrevista con Grupo en Concreto, que es un sector que ya venía con afectaciones negativas, por lo que su tendencia bajista, no es un efecto por sí mismo del coronavirus, el cual tiene actualmente la mayor relevancia. Recordó que desde el año pasado se venía viendo que muchos proyectos de infraestructura venían aplazándose por el cambio de gobierno.
A lo anterior, se debe agregar que para impulsar a este sector en particular, todavía no existía un plan, por parte del gobierno con la iniciativa privada, detallando que ese acuerdo llegó hasta fines del año pasado, por lo que se venía acarreando un sector de infraestructura debilitado, debido a que el sector público no contaba con los recursos para hacer éste tipo de inversiones, mientras que la iniciativa privada se mantenía al margen de éste tipo de proyectos, siendo la que pesa más en éste sector.
“A partir del 24 de marzo, México entró a la fase 2, lo que representa un mes de desfase con respecto a otros países y el avance del coronavirus, la afectación va a ser bastante evidente en infraestructura, las mismas compañías están acoplando su demanda de materiales de construcción, están tratando de utilizar bien los recursos, a fin de mantenerse día a día”, anotó.
Dijo que las empresas que pueden postergar proyectos, lo están haciendo porque muchos de los correspondientes a infraestructura, generan ingresos para las compañías, una vez que se logra hacer todo, lógicamente si la actividad se frena, y si los trabajadores no van a terminar l a s construcciones, no hace sentido asumir un riesgo de avance de obra, porque no se va a terminar y por lo tanto no les va a generar ingresos, explicó García.
Armando Díaz Infante Chapa, de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), declaró recientemente que detener la obra privada por las medidas adoptadas para frenar la pandemia, representa que 275 mil personas dejen de trabajar en la Ciudad de México, mientras que a nivel nacional serán 6 millones, mismas que dependen directa o indirectamente de la industria, por lo que la CMIC está gestionando que la obra privada no se detenga como se ordenó con el decreto de la Emergencia Sanitaria y que se le considere a esta actividad como esencial de la economía.
En este entorno, la especialista de Grupo Financiero Bx+, opina que se verán impactos en casi todos los sectores económicos, precisando que en el sector construcción e Infraestructura, las empresas que se podrían verse menos afectadas, son aquellas que tengan contratos en donde se encuentre preestablecido el precio del producto o servicio, mientras que aquellas cuyos precios y márgenes puedan fluctuar, según el precio de algún commodity, podrían verse presionadas.
Para el analista de Intercam, las empresas del sector construcción que cotizan en la bolsa, pese al entorno complejo, van a lograr sortear las grandes sorpresas, siendo las Pymes las que van a sufrir más por la falta de proyectos, por lo que es factible que terminen cambiando el giro de su negocio o cerrando operaciones. “Sugiero que las empresas busquen ser prudentes en el manejo de sus recursos, que traten de fortalecer su posición financiera, a través de refinanciamiento, ubicar vías alternativas para reducir costos, para aplazar proyectos, i m p l e m e n t a r estrategias de eficiencia operativa y manejar sus días de inventario”, opinó García.