Destacada
IML produce 7% gases efecto invernadero en México: HSBC
Según el estudio Desafíos y Oportunidades de la Descarbonización para la Industria de la Manufactura Ligera en México presentado por HSBC México, la Industria de la Manufactura Ligera (IML), aquella dedicada a la elaboración de bienes destinados al consumidor final, produce poco más de 7% del total de gases de efecto invernadero (GEI) del país, con un crecimiento promedio anual de tres puntos porcentuales. A este ritmo los gases de efecto invernadero producidos por este sector industrial alcanzarían el 20% de las emisiones totales de GEI en el país para el 2050.
De acuerdo con el estudio el sector de la IML representa el 14% del Producto Interno Bruto (PIB), además de más de la mitad del consumo energético industrial final de México y aunque durante las últimas dos décadas el sector ha tomado medidas que le han permitido reducir su intensidad energética en más de 20%, debido a su rápido crecimiento, estas acciones no han sido suficientes, ya que su demanda de energía sigue aumentando a una tasa anual del 2.3%.
Ante ello, en el estudio se presentan algunas medidas que pueden contribuir a reducir en aproximadamente 48% las emisiones del sector y apoyar su transición hacia la descarbonización. Junto con los ahorros derivados de la eficiencia energética y del uso de energías renovables. La vía de descarbonización propuesta en el estudio presenta un enfoque de tres etapas:
- Eficiencia de las operaciones internas: La eficiencia energética trae consigo beneficios a largo plazo altamente tangibles como mayor competitividad, mejora en la asequibilidad de la energía y reducción en las cuentas de luz, lo que a su vez permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y liberar fondos para invertirlos en otras áreas de la empresa. En lo que respecta a los procesos de electrificación e introducción de energías renovables, existen mejoras tecnológicas y proyectos de infraestructura que podrían permitir al sector hacer una transición hacia la generación de energía de baja o cero emisiones, ya que la generación de energía eléctrica es propensa a descarbonizarse en su totalidad.
- Optimización de la cadena de valor: Este punto implica recurrir a la colaboración de quienes conforman la cadena de valor, además de que tanto la empresa como aquellos que están dentro de su cadena de suministro deberá realizar modificaciones en sus procesos o productos. Esto brindará a ambas partes nuevas ventajas competitivas y les abrirá oportunidades en mercados que antes no habían considerado. Hay una gran variedad de soluciones que pueden ayudar a alcanzar este resultado, como eficiencia de materiales, fabricación aditiva (impresión 3D) o la reutilización de productos, componentes o materiales, entre otros.
- Implementación del modelo de economía circular: La economía circular maximiza la utilización de materiales al extender la vida útil de los productos y extraer un valor óptimo de ellos una vez que se desechan para convertirlos en nuevos productos útiles. Bajo este nuevo paradigma, todas las políticas, incluidos los impuestos, se alinearían para lograr el mayor nivel posible de circularidad, a través del análisis basado en el ciclo de vida. Los apalancadores clave de este modelo son los procesos de conservación de valor, recuperación y reutilización de materiales y la valoración de la cadena de suministro.
¿Por qué no descarbonizamos?
La falta de información sobre las oportunidades y tecnologías disponibles para reducir el uso de energía y la poca disponibilidad de estudios dedicados a entender cómo la industria está adoptando medidas existentes y rentables con este fin, es una de las principales razones que las empresas de este sector señalan para no descarbonizarse.
Está también el acceso a la financiación. El sector manufacturero está conformado en su mayoría (94%) por pequeñas y medianas empresas, las cuales muchas veces tienen acceso limitado a recursos financieros públicos y privados lo que, combinado con su falta de participación en la cadena de valor global, les impide invertir en sistemas energéticos renovables o innovadores o, incluso, incorporar mejores prácticas de gestión que contribuirían a la reducción de GEI.
Otra barrera potencial radica en los riesgos técnicos y comerciales asociados a los proyectos de energía renovable, ya que a menudo se estiman como demasiado altos y con largos períodos de retorno de la inversión, lo que frena a las empresas al momento de decidirse por estas tecnologías.
HSBC puede ayudar
Para tener oportunidades reales en la descarbonización de la IML, y del sector manufacturero en general, se requiere de una combinación de productos financieros, incluyendo créditos, garantías, bonos y otros vehículos financieros; acceso a instrumentos fiscales como incentivos y subsidios fiscales, y un marco regulatorio que brinde certeza a inversiones y contratos a largo plazo.
Como parte de su compromiso a nivel mundial de proporcionar entre 750 mil millones de dólares y 1 billón de dólares en financiamiento e inversión que apoye a sus clientes en su transición hacia la reducción de emisiones de carbono, HSBC ha desarrollado una serie de productos verdes o sustentables enfocados a que las empresas de cualquier tamaño puedan obtener recursos para financiar proyectos de eficiencia energética, edificios verdes, transporte sustentable, economía ecoeficiente o circular, gestión sostenible del agua y aguas residuales, manejo y reducción de residuos y adaptación al cambio climáticos, entre otros.
Los retos financieros que hoy enfrenta la industria manufacturera, potenciados por la actual crisis sanitaria, implican considerar los beneficios sociales y económicos que representan las medidas para descarbonizar y hacer más eficiente el consumo energético de la industria. Las medidas que analiza el estudio deben ir acompañadas de una combinación de políticas e instrumentos financieros que tengan un enfoque de largo plazo orientado a incrementar la competitividad de la industria manufacturera ligera a través de actividades y procesos con un bajo contenido de carbono.