OPINIÓN
Autos, pistas y algo más…
Lo de hoy son las alianzas
Listos para recorrer los circuitos más trascendentes del mundo motor, donde observamos que las alianzas y asociaciones nuevamente tomar relevancia, en estos tiempos de transición.
Un ejemplo es la que depuran las gigantes General Motors y Honda planeada para arrancar en 2027, con producción vehículos eléctricos. La firma de Detroit impulsará nuevas tecnologías con baterías de litio, silicio y de estado sólido, mientas la japonesa perfeccionará su tecnología de baterías de estado sólido.
Otro acuerdo tecnológico se da entre Stellantis y Qualcomm, que a partir de 2024 impulsará nuevas plataformas con soluciones de chasis digital que brinden experiencias inteligentes y personalizadas en modelos de las 14 marcas del grupo italo-francés-estadounidense.
Una más es la alianza entre GM y Cisco, fabricante de dispositivos para redes inalámbricas, las cuales se utilizarán para monitorear, en tiempo real y de manera simultánea, cientos de canales de datos durante una prueba para observar el comportamiento del vehículo.
¿A qué le tiramos con la nacionalización?
Ya que tocamos el tema de las baterías, qué les parece si giramos hacia el circuito de la reforma a la ley minera que en México se acaba de aprobar para nacionalizar el litio. Una reforma que nació para subsanar el frenón que le impusieron a la reforma eléctrica, y que cierra las puertas a la participación extranjera.
Sin duda el litio es hoy el metal, o uno de los metales más preciados por la industria automotriz para producir baterías de vehículos eléctricos, y México lo tiene, no en la abundancia que creen, o que nos quieren hacer creer, pero tiene; lo que no tiene es la infraestructura para explotarlo y dada la “austeridad republicana”, tampoco hay recursos públicos suficientes.
El tema es cómo aprovecharlo antes de que sea obsoleto, porque ya hay empresas que comienzan a probar baterías de azufre, de sodio y de hidrógeno. Materiales que son más abundantes, que no contaminan el medio ambiente y más baratos que el litio.
Y es que, Bolivia desde hace 14 años nacionalizó este metal, y de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, con 21 millones de toneladas métricas, es el país que más litio tiene en el mundo, pero hoy no es un competidor serio en la producción de baterías.
¿A qué le tiramos nosotros con austeridad republicana, sin infraestructura suficiente para explotarlo y con la puerta cerrada a la inversión privada?
El país que más litio produce en el mundo, es ¡Australia!, y la mayor parte la envía a China, que junto con Corea del Sur y Japón, son los países que dominan la producción de baterías de ion de litio.
Aunque México contara con tecnología suficiente, no se trata, solamente de decir que ya vamos a producir eléctricos, porque los fabricantes dependen de infraestructura que soporte dicha producción.
Esta reforma a la ley minera colabora para generar más incertidumbre entre los inversionistas, cuando lo que requiere el país es seducir esas inversiones que hoy captan otros países aprovechando la transición hacia la electrificación de la movilidad.