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México sólo recibe 20 por ciento flujos inversión por nearshoring
El nearshoring es una oportunidad de oro que no se está aprovechando al máximo. Se estima que México está recibiendo apenas entre el 10 por ciento y 20 por ciento de los flujos de inversión extranjera de relocalización de empresas. Además, esos flujos de inversión están muy focalizados hacia algunas entidades federativas y subsectores de manufactura. Así, puede decirse que el nearshoring no está llegando en oleadas a México y tampoco de manera indistinta a todos los estados, señala el equipo de análisis de Grupo Financiero Base, encabezado por Gabriela Siller Pagaza.
Las decisiones de inversión son de largo plazo. Una vez que una empresa ha decidido migrar su producción a otro país pasarán entre 15 y 20 años para que vuelva a tomar en consideración moverla. Si México no aprovecha la oportunidad actual del nearshoring, habrá dejado de lado la posibilidad de mayor creación de empleo formal, crecimiento de la inversión fija bruta, alza en productividad y mayor crecimiento económico por muchos años.
Los especialistas indican que para que México aproveche mejor la oportunidad del nearshoring se deben dar cuatro condiciones: 1) Gobernanza que genere certidumbre: estado de derecho, mayor seguridad pública y políticas económicas internas que propicien un buen ambiente de negocios. 2) Paquetes orientados a recibimiento de nearshoring, que contemplen estímulos, así como orientación en los trámites y en el funcionamiento de México. 3) Búsqueda activa de inversiones extranjeras que desean relocalizar su producción: promoción de México en el exterior como destino atractivo de inversión fija. 4) Fortalecimiento de la infraestructura y de cadenas de suministro. Se necesitan carreteras y puertos seguros, así como vías de comunicación que faciliten el transporte. También se debe asegurar que habrá suficiente energía eléctrica y agua para las empresas que opten por llegar a México.
Destacan que el aprovechamiento de la oportunidad del nearshoring se verá reflejado en mayor medida a través del tiempo, pues hay inversiones que ya se han anunciado, pero no se han materializado, como es el caso de Tesla.
Opinan que lo preocupante para la economía de México es que, según los datos de Reshoring Initiative, México es el segundo país que más empleos ha perdido por reshoring a Estados Unidos entre el 2010 y el 2022, siendo solamente superado por China. Asimismo, según el mismo reporte, México ocupa el décimo lugar en la lista de países que más empleos han generado en Estados Unidos por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED).
Si México sentara las bases para aprovechar más la oportunidad del nearshoring, la inversión extranjera directa alcanzaría flujos anuales entre 55 y 60 mil millones de dólares durante los siguientes 3 a 5 años, brindando la oportunidad a que las exportaciones no petroleras se dupliquen en 8 años.
Desde el punto de vista del equipo de análisis, el nearshoring tiene la capacidad de generar un mayor crecimiento económico no solo por la inversión extranjera directa y la creación de empleo directamente relacionada a las nuevas empresas que llegan al país.
La oportunidad del nearshoring ha incrementado el optimismo, reflejado en la encuesta que realiza el Banco de México a especialistas del sector privado, específicamente en la pregunta “momento adecuado para invertir” que se encuentra en su mejor nivel desde el 2015.
Este optimismo puede llevar a que las empresas locales inviertan para prepararse ante la llegada de nuevas inversiones extranjeras. Por otro lado, al llegar empresas, el sector servicios se impulsa primero, después el sector construcción y finalmente la manufactura, con el desarrollo de proveedores. El nearshoring propicia un efecto dominó de mayor producción por crecimiento de proveedores que a su vez comprarán más a sus propios proveedores.
Con esto, si se aprovecha mejor la oportunidad del nearshoring el PIB de México podría crecer alrededor de 4 por ciento anual, habría mayor creación de empleo formal, la tasa de informalidad bajaría de 50 por ciento por primera vez en la historia de México y el consumo de las familias dependería menos de las remesas que sus familiares les envían del exterior, así como de las transferencias que realiza el gobierno.
De esta forma, el aprovechamiento del nearshoring generaría un cambio estructural en la economía mexicana, similar al que se observó con la entrada en vigor del Tratado de Comercio de América del Norte (TLCAN).