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El segundo trimestre 2025 extraordinariamente complejo

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El entorno global permanece extraordinariamente complejo, con la economía y los mercados financieros marcados por cuatro factores: comercio, geopolítica, política fiscal y monetaria, señala el equipo de análisis de Grupo Financiero Banorte, encabezado por Alejandro Padilla Santana, director general Adjunto de Análisis Económico y Financiero

Ante ello, refuerzan su tesis de estanflación, escenario de crecimiento tenue y presiones inflacionarias persistentes, que han venido planteando desde inicios de año, señalando que algunos países inclusive muestran señales claras de estar más cerca de una recesión.

Para la economía de México señalan que está más fuerte de lo esperado en el primer semestre del 2025 (1S25), porque la información hasta ahora sugiere que la actividad en lo que va del año ha mostrado cierto dinamismo, lo cual es muy positivo debido a los fuertes vientos en contra que ha enfrentado el país.

Plantean que esta situación se debe a varios factores: (1) La aceleración en las manufacturas antes de la entrada en vigor de los aranceles, resultando en una acumulación de inventarios; y (2) cierta estabilidad en rubros con mayor relación a la demanda doméstica, resaltando los fundamentales del consumo.

En este contexto anticipan en el segundo trimestre 2025 (2T25), una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 0.4 por ciento trimestres a trimestre (-0.3 por ciento anual), sumándose al +0.2 por ciento del trimestre anterior.

Hacia delante, creen que la economía seguirá avanzando, aunque probablemente a un ritmo más moderado del que preveíamos anteriormente, debido a: (1) La falta de mayores avances en temas comerciales con EE. UU., con el inicio de la revisión del T-MEC tomando más tiempo y con una renegociación que será más tardada; y (2) la moderación del mercado laboral que se traducirá en una ligera desaceleración del consumo privado.

No obstante, señalan que la inversión, en particular la construcción, podría ganar un mayor impulso, con proyectos públicos y privados en puerta.

Ante lo anterior, mantienen su estimado de crecimiento del PIB de 0.5 por ciento para todo el 2025.

De esta forma, ante una trayectoria más modesta en el 2S25, el impulso inercial para 2026 sería menor, Por lo que revisan su expectativa a la baja para dicho año a 1.8 por ciento (previo: 2.0 por ciento).  

Este panorama se deriva en buena parte de virajes abruptos en las políticas públicas, especialmente en Estados Unidos bajo la administración de Trump. El tablero geopolítico está dominado por una creciente incertidumbre en torno a medidas proteccionistas, especialmente sobre la imposición de aranceles.

Ello ha generado dudas en las decisiones de inversión, activado planes de contingencia y fragmentado cadenas de valor; por lo que consideran que esta narrativa tendrá presencia constante durante el resto del año, incidiendo en la dirección del comercio, el consumo, la inversión y el sentimiento empresarial.

En paralelo, la divergencia entre bancos centrales continúa intensificándose. La Reserva Federal Estadounidense (FED) se mantiene cautelosa, sin precipitarse en los recortes de tasa, probablemente hasta finales del año, mientras que otros, como el Banco Central Europeo (ECB), han seguido normalizando las condiciones ante economías más débiles y una inflación menos persistente. Sumado a esto, la política fiscal constituye otro reto global.

Agregan que muchos países enfrentan altos niveles de apalancamiento, lo cual ha limitado su capacidad de maniobra. Por ejemplo, el plan fiscal recientemente aprobado en Estados Unidos, que se estima que añadirá poco más de 4 billones de dólares de deuda en la próxima década, ha debilitado al dólar y presionado al alza las tasas de largo plazo.

En el plano geopolítico, conflictos persistentes desde el Medio Oriente hasta Ucrania siguen añadiendo incertidumbre y riesgos que tensan aún más el frágil entorno global.

Para México, el contexto externo seguirá siendo desafiante, especialmente por la relación con Estados Unidos. El proceso de renegociación del T-MEC probablemente iniciará a finales de este año y principios del siguiente. Por ello, visualizan una dinámica intermitente de aranceles, pero con una evolución favorable hacia lo que podríamos llamar T-MEC 2.0 que incentive una continuidad sólida en el impulso exportador mexicano.

Paralelamente, para las autoridades nacionales será esencial negociar también temas de seguridad y migración con Washington.

En el aspecto interno, la economía mexicana sigue mostrando señales de estancamiento. Banxico avanza en su estrategia de recorte de tasas y el gobierno federal apuesta por una consolidación fiscal prudente. A lo largo del 2T25 será clave el avance de la agenda legislativa y del Plan México. También la presentación del Paquete Económico 2026 que dará forma al presupuesto.

Estos elementos serán decisivos para la orientación macroeconómica del siguiente trimestre y definirán, en gran parte, la respuesta del país a este contexto externo tan volátil.

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