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Inmujeres urge a los grupos financieros facilitar requisitos e inclusión
Los grupos financieros deben tener políticas más acertadas y mejor adaptadas a las necesidades de la mujer pues el hecho de que haya un avance en la inclusión financiera de ellas, no significa que exista una perspectiva de género, consideró Carolina Maldonado, directora para la igualdad de las mujeres y hombres en la vida económica del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres)
Durante una charla que sostuvo con las integrantes de Mujeres Líderes por la Vivienda y del Sector Inmobiliario (Muliv), la activista reconoció que derivado de la pandemia de Covid-19 que trajo consigo una contracción en la economía son las “mujeres las que están pagando” y también las que sufren de la falta de inclusión financiera.
“Una población excluida de los servicios financieros es vulnerable a recurrir a fuentes informales de ahorro y financiamiento. Las fuentes de crédito de carácter informal, pueden resultar abusivas e incrementar los costos del dinero, colocando a las poblaciones en trampas de pobreza y la crisis sanitaria, volvió a abrir la brecha en la participación de las mujeres y su empoderamiento económico”, indicó.
Precisó que de 2018 a 2021, la brecha en tenencia de productos financieros para la mujer fue de siete puntos porcentuales, mientras que para los hombres fue de 11 y solo la tercera parte de las féminas, es propietaria de escrituras o posesión de una vivienda a pesar de que son las mujeres quienes trabajan 6.2 horas más a la semana al laborar también de forma no remunerada.
En ese sentido, dijo que el tema de la vivienda para las mujeres es fundamental y parte de este concepto de empoderamiento que es complejo y no solo tiene que ver con un pequeño ingreso sino con muchas dimensiones, “temas que nos cruzan, pero nos unen como mujeres en retos distintos y particulares en relación con los hombres”.
Maldonado, agregó que en Inmujeres han emprendido distintas acciones enmarcadas en la política nacional de igualdad de género como el denominado Proigualdad que busca potenciar la autonomía de las mujeres para cerrar brechas históricas de desigualdad, el generar las condiciones para reconocer, reducir y redistribuir los trabajos domésticos y de cuidados de las personas entre las familias, el Estado, la comunidad y el sector privado, así como construir entornos seguros y en paz para las mujeres, niñas y adolescentes.
Y también cuentan con un ecosistema de empoderamiento y bienestar de las mujeres para capacitar y apoyar al aprendizaje de una nueva cultura organizacional que tenga como centro la igualdad y la no discriminación, los horarios flexibles para una mejor corresponsabilidad y conciliación entre la vida personal y laboral.
Mencionó que, con la pandemia, el mundo se volcó a lo digital, lo que también abrió una brecha para incorporar a las mujeres al mercado en línea y se les dan las herramientas y capacitación para que se incorporen al mercado tecnológico.
En el caso de las mujeres adultas, la directora para la igualdad de las mujeres y hombres en la vida económica de Inmujeres, externó su preocupación porque solo 12.83 por ciento está ahorrando para tener una pensión para su vejez y quienes no lo tienen, tendrán que depender de alguien más, lo que se convierte en un círculo vicioso donde el tema de la vivienda es bastante relevante.
Agregó que el tema crediticio también está impedido para las mujeres que ya de si, tienen una menor participación en el mercado laboral, menos ingresos y con ahorros volátiles cuando lo que debieran tener son trabajos donde no las exploten, tiempo propio, gestionar riesgos, mejores tenencias para pagar crédito y ahorrar.
Por lo que añadió que es momento de que quienes están en las instituciones financieras se adapten a las necesidades de las mujeres, “es momento de cambiar los requisitos” y trabajar para que tengan mejores ingresos y menos precarios.