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Automotriz

Autos, pistas y algo más…

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Ya estamos listos, con el cinturón bien puesto, con todas las asistencias de seguridad activadas y esta ocasión hasta casco nos pusimos.

Más nos vale salir bien protegidos porque después de que se avaló la ley de la industria eléctrica (LIE) que favorece a la CFE y que en estos días se discutirá en el Congreso la reforma eléctrica, me late que los catorrazos vienen ¡con todo!

El pronóstico es que circuito que recorreremos hoy tendrá muchas curvas peligrosas y que caerá una granizada de amparos que pondrán en el filo del precipicio a un montón de inversiones extranjeras.

De entrada, esta ley limita la participación privada en la generación eléctrica, aunque su costo de producción sea inferior al que ofrezca la CFE; prioriza los contratos “con compromiso de entrega física”, que excluyen energías limpias como la solar y la eólica; y otorga la revocación de permisos vigentes. ¡Nada más!

En riesgo miles de mdd

Desde luego que todo esto ya puso en alerta a la industria automotriz que advierte el riesgo de que se salgan de la pista miles de millones de dólares que las escuderías tenían previsto traer a nuestro país.

De hecho, sabemos que la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, ya envió una misiva a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, para advertirle que la reforma eléctrica pondría en riesgo inversiones estadounidenses por 10 mil millones de dólares. Y justo en este sexenio que nos han decretado austeridad republicana.

Y es que, al menos General Motors, el fabricante número uno de autos en México, tiene anunciada una inversión de 1,000 millones de dólares para la planta de Ramos Arizpe, Coahuila, donde planea producir vehículos eléctricos, pero ya está en la cuerda floja y si no, habría que preguntarle a Paco Garza, presidente y director general de GM en nuestro país.

También la japonesa Nissan, la segunda mayor fabricante de vehículos en México, se ha impuesto el reto de lograr la neutralidad de carbonoen todas sus operaciones y el ciclo de vida de sus productos para 2050.

El tema es que prácticamente todas las automotrices que operan en el país generan su propia energía limpia que obviamente, les sale más barata, pero ahora estarían obligadas a comprarla al monopolio que se está creando con la CFE que conduce Manuel Bartlett.

De manera conjunta, los titulares de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la Industria Nacional de Autopartes (INA) y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), también advierten que la reforma eléctrica, como se plantea, afectará las inversiones, la productividad y las metas de cero emisiones de gases contaminantes del sector.

Esto significa que a México ya no le sería suficiente tener la capacidad de producir vehículos eléctricos porque, en un futuro no muy lejano, los países que los importen nos impondrán aranceles si esos vehículos no se producen aquí con energía limpias.

La verdad es que esta ocasión nos tocó una pista muy complicada, no va a ser fácil salir sin raspones y sería muy lamentable que, por los caprichos de algunos, la industria automotriz esté a punto de dejar de ser el motor de la economía nacional y que México pierda su atractivo como uno de los destinos más seductores para atraer inversiones a este sector.

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