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“Arnold S. y el metro de la Ciudad de México”
por Federico Pizarro
En el verano de 1990 específicamente en el mes junio, es decir hace ya 30 años, se estrenó una película que en su momento rompía el récord presupuestal para una filmación hollywoodense, y cuya dirección fue encargada a Paul Verhoeven, aquél que para ese tiempo había triunfado con otra filme de acción – ficción denominado Robocop y que poco tiempo después rompería los esquemas tradicionales de narrativa y sobre todo escenas subidas de tono con su obra “Bajos Instintos”.
La película a la que me refiero se llamó en su título original “Total Recall” y fue estrenada en nuestro país como “El vengador del futuro”, más allá del óscar que ganó por los efectos visuales, o la leyenda que dice que su actor estelar, es decir, Arnold Schwarzenegger tuvo que aportar recursos para la correcta terminación del rodaje, me quiero referir a que la mayor parte de la filmación se realizó en la Ciudad de México, específicamente en locaciones del sistema de transporte colectivo metro, en las estaciones Chapultepec de la Línea 1 y Chabacano Líneas 2 y 9.
Recuerdo vívidamente que en aquél momento se mencionó, que el metro del entonces Distrito Federal se había elegido para este proyecto principalmente por su modernidad y alcances futurista, lo cual iba completamente acorde con la exposición temática de la película y cuyos resultados en taquilla y en el gusto del público dieron la razón a la elección, sin embargo, a 30 años de estos acontecimientos que pasó con los involucrados.
Por un lado, Arnold inició una carrera política en las filas del partido republicano, la consolidó en 2003 cuando fue elegido gobernador del estado de California, posición política que refrendó y después de su re-elección abandonó en 2011, antes de esto realizó innumerables películas la gran mayoría muy exitosas y hoy sigue trabajando después de la evolución descrita.
Por otra parte, el metro de la Ciudad de México contaba en 1990 con 185.574 km de vía, y hoy con 226.488 Km, es decir, un incremento del 22% de su longitud en el periodo citado. Por el lado de las estaciones, el incremento fue del 18.90% al pasar de 164 a 195.
Después de muchos análisis y reducciones por eficiencias técnicas y económicas, en 1985 se realizó un plan que abarcaba 25 años de programación futura para el metro, el cual culminaba con una red en 2010 de 315.349 km, 15 líneas y 274 estaciones, la capacidad instalada hoy en términos de kilómetros es del 71.82% y de tan solo 71.16% en estaciones, lo anterior sin considerar que ya se tiene un desfase de 10 años contra el plan y que éste no contemplaba la creación de polos de desarrollo inmobiliario tan cuestionables como Santa Fe o “Nuevo Polanco”, siendo que por otra parte, si consideraba la creación de estaciones en terrenos hoy inexistentes como el llamado “Tolteca” ubicado en Periférico y San Antonio, el cual finalmente fue “adquirido” por Demet, desarrolladora que hoy solo sobrevive jurídicamente para afrontar los juicios por incumplimiento de pagos y escrituraciones a sus compradores
Comparativamente con otros sistemas colectivos del mundo el metro de la Ciudad de México tiene una tarifa muy deprimida de tan solo $5.00 por viaje, moviendo anualmente a 1,647 millones de personas, cuando el metro de Londres con sus 404.8 km de vía mueve a “sólo” 976 millones, o el metro de Moscú que con 172 estaciones, 12 líneas y 288.011 km de vías transporta anualmente a 3,200 millones de usuarios.
Desafortunadamente la creación de una amplia y funcional red de transporte colectivo no ha sido la prioridad gubernamental, desde sus inicios en 1969 a la fecha su evolución ha sido muy limitada, donde de hecho el último esfuerzo de construcción y operación está inmerso en una serie de elementos profundos de corrupción y malversación de fondos, que impiden que podamos volver a considerar a este sistema como vanguardista y a la altura de sus requerimientos
Ojalá y así como en “ El Vengador del Futuro” el personaje de Arnold toma conciencia y provee del oxígeno a los habitantes de Marte, en la Ciudad de México, logremos que no sea la aspiración de las personas humildes comprar un coche, si no que los acaudalados utilicen el metro.