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Aranceles del 30 por ciento son un punto de inflexión

El gobierno de Estados Unidos anunció la imposición de un arancel general del 30 por ciento sobre todas las importaciones originarias de México a partir del 1° de agosto de 2025. Llama la atención que la medida supone un escalamiento en las tensiones comerciales entre ambos países, ya que se da en un contexto en que se anunciaban los aranceles recíprocos actualizados, de los cuales México (y Canadá) habían sido excluidos en un inicio.
En un documento de opinión análisis, Alejandro Fajardo y Alberto Vargas, analistas de Grupo Financiero Intercam señalan que el gobierno mexicano calificó la medida como “injusta” y reiteró su intención de buscar soluciones diplomáticas.
Opinan que, a nivel estructural, esta medida marca un punto de inflexión en la relación comercial entre ambos países y que en caso de implementarse no será menor y afectará a diversos sectores de la actividad económica, poniendo mayores presiones en un entorno de debilidad económica.
Al revisar el detalle de las importaciones que serán afectadas (a nivel de 4 dígitos bajo el sistema armonizado arancelario), encontramos que la mayor afectación será para el sector automotriz, sin embargo también afectará al sector cervecero (que concentra el 83 por ciento de las importaciones del EE.UU.), de alimentos como aguacate y otros frutos, tomate (con participaciones mayores al 70 por ciento en sus rubros), la plata con más del 50 por ciento del mercado y algunos enseres domésticos, material eléctrico y médico.
Agregan que la medida fue comunicada formalmente por el presidente Donald Trump a la presidenta Claudia Sheinbaum mediante una carta enviada desde la Casa Blanca el 11 de julio, y confirmada públicamente en una declaración el día 12, donde también se anunció un arancel similar para productos provenientes de la Unión Europea.
De acuerdo con el comunicado oficial, el nuevo arancel se justifica por el insuficiente avance de México en el combate al tráfico de fentanilo y la inacción percibida frente a los cárteles del narcotráfico. El presidente Trump argumenta que, si bien México ha colaborado en materia de seguridad fronteriza, su respuesta ha sido insuficiente para detener la amenaza que representan estas organizaciones criminales para la seguridad nacional de EE.UU.
En paralelo, la administración norteamericana acusó a México de mantener una estructura arancelaria y barreras no arancelarias que contribuyen a un déficit comercial “insostenible” con Estados Unidos, el cual se percibe como un riesgo tanto para la economía como para la seguridad nacional.
El arancel del 30 por ciento se aplicará de manera transversal y adicional a cualquier tarifa sectorial vigente. Según lo estipulado, solo estarán exentas de este arancel aquellas empresas mexicanas que relocalicen sus procesos productivos en territorio estadounidense.
La administración estadounidense aseguró que facilitará las aprobaciones regulatorias para estas compañías “en cuestión de semanas”, incentivando de manera explícita el Nearshoring hacia EE.UU. Asimismo, se advirtió que cualquier represalia arancelaria por parte de México será contrarrestada con incrementos adicionales sobre la tarifa base del 30 por ciento.
En la misma línea, es importante destacar que México ya enfrenta diversos aranceles sectoriales y específicos, por ejemplo, del 25 por ciento al contenido no estadounidense en autos, al 25 por ciento a los productos que pasan fuera del TMEC y del 50 por ciento al acero y aluminio.