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CICM: La ingeniería frente a la IA y la transformación tecnológica

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El desarrollo profesional del ingeniero del siglo XXI exige una formación sólida que combine conocimientos técnicos con el uso estratégico de las tecnologías emergentes. Así lo destacó Agustín Breña Naranjo, coordinador de Hidráulica del Instituto de Ingeniería de la UNAM, durante la conferencia “De las aulas a la práctica: desarrollo profesional para ingenieros en el siglo 21”, realizada este lunes en las instalaciones del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM). Nuevas exigencias para la formación del ingeniero El presidente del XL Consejo Directivo del CICM, Mauricio Jessurun Solomou, señaló que los futuros ingenieros se forman hoy en un entorno marcado por el acceso abundante a la información, metodologías pedagógicas dinámicas, plataformas de aprendizaje en línea y, más recientemente, herramientas de inteligencia artificial que han transformado la manera en que adquieren conocimiento. “Más allá del cambio tecnológico, el verdadero desafío es comprender la transformación del proceso formativo: de un modelo basado en la memorización, a uno que requiere pensamiento crítico, capacidad de adaptación, innovación y una comprensión sistémica de los retos”, destacó Jessurun. Subrayó que fortalecer la dimensión humana de la ingeniería será fundamental para responder, con integridad, a los desafíos futuros. Tecnología, innovación y complejidad creciente Durante su intervención, Breña Naranjo explicó que las nuevas generaciones egresan con mayor acceso a información y mejores capacidades, pero enfrentan un entorno global más complejo debido a la aceleración tecnológica. Detalló que diversas ramas de la ingeniería ya desarrollan herramientas y servicios basados en tecnología que están transformando profundamente al sector. Ejemplificó este cambio con avances en construcción, agua y energía: Nuevos aditivos para concreto que capturan carbono. Gestión inteligente de la demanda de agua. Tecnologías para condensación atmosférica y desalinización. Uso intensivo de datos, economía circular y sistemas descentralizados para reducir contaminantes. Transición energética con turbinas de pequeña escala. Nuevos modelos de financiamiento verde para infraestructura sustentable. Inteligencia Artificial: asistente hoy, creadora mañana Al referirse a la Inteligencia Artificial (IA), Breña señaló que actualmente automatiza tareas repetitivas, análisis financiero, organización y programación. En un plazo de cinco años —anticipó— la IA funcionará como un asistente de proyectos permanente, capaz de ejecutar tareas especializadas y elaborar propuestas técnico-económicas. En un horizonte de 10 años, proyectó que la IA: Creará nueva tecnología. Gestionará organizaciones. Automatizará procesos constructivos. Propondrá nuevas leyes y regulaciones. Estos avances permitirán mayor eficiencia, costos más accesibles y soluciones más inteligentes. Añadió que la creatividad será clave para que los ingenieros mantengan su relevancia profesional y no sean reemplazados por la IA. En ese sentido, anunció que el Instituto de Ingeniería de la UNAM impartirá a partir del próximo año la nueva asignatura Inteligencia Artificial aplicada a los recursos hídricos. Formación con sentido humano y visión ética Breña Naranjo enfatizó que la ingeniería debe traducirse en soluciones que beneficien a toda la sociedad mexicana. “El propósito último de la profesión es contribuir al desarrollo colectivo mediante innovación con sentido humano”, afirmó. Academia, industria y gremio: una alianza indispensable En los comentarios finales, Carlos Alfonso Herrera Anda, vicepresidente de Desarrollo Académico y Fomento a la Innovación del CICM, recordó que la universidad no puede permanecer aislada del entorno laboral, empresarial y social. Consideró que la formación profesional debe vincularse desde el primer día con la industria y el gremio, incluso cuando cada sector avance a ritmos distintos. Señaló que los planes de estudio suelen diseñarse con años de anticipación y sus impactos se observan en el largo plazo, por lo que es fundamental anticipar las necesidades futuras del sector. Subrayó que las tecnologías emergentes deben asumirse como herramientas esenciales que requieren pensamiento crítico y adaptación permanente. Respecto al profesorado, destacó la necesidad de un nuevo perfil docente que forme estudiantes críticos y creativos, más allá del modelo memorístico. Finalmente, llamó al CICM a actuar como un puente entre generaciones mediante mentorías, educación continua y la eventual certificación obligatoria para asegurar la calidad profesional ante la creciente diversidad de modelos educativos.

El desarrollo profesional del ingeniero del siglo XXI exige una formación sólida que combine conocimientos técnicos con el uso estratégico de las tecnologías emergentes. Así lo destacó Agustín Breña Naranjo, coordinador de Hidráulica del Instituto de Ingeniería de la UNAM, durante la conferencia “De las aulas a la práctica: desarrollo profesional para ingenieros en el siglo 21”, realizada este lunes en las instalaciones del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).

Nuevas exigencias para la formación del ingeniero

El presidente del XL Consejo Directivo del CICM, Mauricio Jessurun Solomou, señaló que los futuros ingenieros se forman hoy en un entorno marcado por el acceso abundante a la información, metodologías pedagógicas dinámicas, plataformas de aprendizaje en línea y, más recientemente, herramientas de inteligencia artificial que han transformado la manera en que adquieren conocimiento.

“Más allá del cambio tecnológico, el verdadero desafío es comprender la transformación del proceso formativo: de un modelo basado en la memorización, a uno que requiere pensamiento crítico, capacidad de adaptación, innovación y una comprensión sistémica de los retos”, destacó Jessurun. Subrayó que fortalecer la dimensión humana de la ingeniería será fundamental para responder, con integridad, a los desafíos futuros.

Tecnología, innovación y complejidad creciente

Durante su intervención, Breña Naranjo explicó que las nuevas generaciones egresan con mayor acceso a información y mejores capacidades, pero enfrentan un entorno global más complejo debido a la aceleración tecnológica. Detalló que diversas ramas de la ingeniería ya desarrollan herramientas y servicios basados en tecnología que están transformando profundamente al sector.

Ejemplificó este cambio con avances en construcción, agua y energía:

  • Nuevos aditivos para concreto que capturan carbono.
  • Gestión inteligente de la demanda de agua.
  • Tecnologías para condensación atmosférica y desalinización.
  • Uso intensivo de datos, economía circular y sistemas descentralizados para reducir contaminantes.
  • Transición energética con turbinas de pequeña escala.
  • Nuevos modelos de financiamiento verde para infraestructura sustentable.

Inteligencia Artificial: asistente hoy, creadora mañana

Al referirse a la Inteligencia Artificial (IA), Breña señaló que actualmente automatiza tareas repetitivas, análisis financiero, organización y programación. En un plazo de cinco años —anticipó— la IA funcionará como un asistente de proyectos permanente, capaz de ejecutar tareas especializadas y elaborar propuestas técnico-económicas.

En un horizonte de 10 años, proyectó que la IA:

  • Creará nueva tecnología.
  • Gestionará organizaciones.
  • Automatizará procesos constructivos.
  • Propondrá nuevas leyes y regulaciones.

Estos avances permitirán mayor eficiencia, costos más accesibles y soluciones más inteligentes. Añadió que la creatividad será clave para que los ingenieros mantengan su relevancia profesional y no sean reemplazados por la IA.

En ese sentido, anunció que el Instituto de Ingeniería de la UNAM impartirá a partir del próximo año la nueva asignatura Inteligencia Artificial aplicada a los recursos hídricos.

Formación con sentido humano y visión ética

Breña Naranjo enfatizó que la ingeniería debe traducirse en soluciones que beneficien a toda la sociedad mexicana. “El propósito último de la profesión es contribuir al desarrollo colectivo mediante innovación con sentido humano”, afirmó.

Academia, industria y gremio: una alianza indispensable

En los comentarios finales, Carlos Alfonso Herrera Anda, vicepresidente de Desarrollo Académico y Fomento a la Innovación del CICM, recordó que la universidad no puede permanecer aislada del entorno laboral, empresarial y social. Consideró que la formación profesional debe vincularse desde el primer día con la industria y el gremio, incluso cuando cada sector avance a ritmos distintos.

Señaló que los planes de estudio suelen diseñarse con años de anticipación y sus impactos se observan en el largo plazo, por lo que es fundamental anticipar las necesidades futuras del sector. Subrayó que las tecnologías emergentes deben asumirse como herramientas esenciales que requieren pensamiento crítico y adaptación permanente.

Respecto al profesorado, destacó la necesidad de un nuevo perfil docente que forme estudiantes críticos y creativos, más allá del modelo memorístico. Finalmente, llamó al CICM a actuar como un puente entre generaciones mediante mentorías, educación continua y la eventual certificación obligatoria para asegurar la calidad profesional ante la creciente diversidad de modelos educativos.

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